Bursitis trocantérica

Abr 13, 2021
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Editores originales – Emy Van Rode

Editor original – Mudra Shah Principales colaboradores – Mudra Shah, Emy Van Rode, Gertjan Van Gijsegem, Lionel Geernaert y Lena Vanderaa

Principales colaboradores – Mudra Shah, Emy Van Rode, Gertjan Van Gijsegem, Lionel Geernaert y Lena Vanderaa

Definición/Descripción

La bursitis trocantérica es una inflamación de la bursa trocantérica. El hecho de que sea una Bursitis, implica que tiene un componente inflamatorio pero hay que tener en cuenta que 3 de los 4 elementos de una inflamación llamados rubor, calor y tumor no están presentes. El único signo cardinal de la inflamación que está presente es el dolor. La bursitis trocantérica es un elemento de un término mayor, bursitis de la cadera, que envuelve 4 tipos diferentes

  1. Bursitis trocantérica
  2. Bursitis del iliopsoas
  3. Bursitis isquiática

Se suele utilizar como término general para describir el dolor alrededor de la región trocantérica mayor de la cadera. La bursitis trocantérica se confunde frecuentemente con el síndrome de dolor del trocánter mayor (SDGT), pero en realidad es un componente del SDGT que también incluye otras afecciones que causan dolor en el lado lateral de la cadera.

Anatomía clínicamente relevante

Bursitis trocantérica.jpg

Una bursa es un saco de doble membrana lleno de líquido situado cerca de una articulación. Forma una especie de cojín entre para minimizar la fricción entre la interfaz tejido blando/hueso y actúa como un amortiguador durante el movimiento de los músculos y las articulaciones. Para conocer el mecanismo de la lesión o el proceso patológico de la bursitis: consulte la página Bursitis

En el caso de la bursitis trocantérica, suelen estar implicadas dos bursas:

  1. Bursa del subglúteo medio – situada por encima del trocánter mayor y debajo de la inserción del glúteo medio.
  2. Bursa del subglúteo mayor – Situada entre el trocánter mayor y la inserción de los músculos glúteo medio y glúteo mayor.

Epidemiología /Etiología

La inflamación de la bursa es un proceso lento, que progresa con el tiempo. Esta bursitis se produce con mayor frecuencia debido a la fricción, el uso excesivo, un traumatismo directo o demasiada presión.

Hay dos tipos de bursitis

  1. La bursitis aguda se produce debido a un traumatismo o una sobrecarga masiva. Al cabo de unos días se pueden notar síntomas como dolor, hinchazón y una sensación de calor al tocar la zona afectada. También será muy doloroso mover la articulación.
  2. Bursitis crónica que se produce por un uso excesivo, demasiada presión sobre las estructuras o movimientos extremos. La tensión muscular incorrecta también puede ser una causa de bursitis crónica. El síntoma principal -que siempre está presente- es el dolor.

Hay muchos factores predisponentes que pueden causar la bursitis trocantérica:

  • Género: Las mujeres se ven más afectadas que los hombres.
  • Sobrepeso/Obesidad
  • Traumatismo: por ejemplo, lesión del trocánter mayor: esto puede desfigurar la bursa.
  • Uso excesivo de los músculos que rodean la bursa o de la articulación que está debajo de la bursa.
  • Posición incorrecta: esto puede causar un aumento de la presión.
  • Demasiada presión sobre la bursa (causada por la fricción de la banda iliotibial)
  • Disfunción de la inserción del músculo glúteo medio.
  • Artrosis de cadera
  • Espondilosis lumbar
  • Kilometraje excesivo o rápidamente aumentado
  • Esfuerzo repetitivo: por ejemplo entrenamiento frecuente con demasiado peso o entrenamiento en una mala posición
  • Calzado mal acolchado: provoca un aumento de la presión sobre los músculos, articulación y bursa
  • Pronación excesiva/movimiento extremo
  • Diferencias en la longitud de las piernas
  • ITBS (síndrome de la banda iliotibial)
  • Infección bacteriana
  • Otras enfermedades inflamatorias
  • Prótesis de cadera

Características/presentación clínica

Las siguientes características puede ocurrir

  • Dolor crónico y/o sensibilidad en la cara lateral de la cadera que puede irradiar hacia el muslo
  • Se siente un chasquido en la cara lateral de la cadera
  • Subir escaleras es una actividad dolorosa
  • El paciente es incapaz de acostarse sobre el lado afectado
  • Desarrollo de dolor-
  • Dolor lumbar (la bursitis trocantérica puede presentarse como lumbago)

Procedimientos de diagnóstico

Diagnosticar el dolor lateral de cadera es muy complejo ya que las presentaciones clínicas son variables y a veces no son concluyentes. Para estar seguros de diagnosticar la afección correcta la exploración tiene que seguir un enfoque escalonado, que incluya una anamnesis exhaustiva, inspección, palpación, amplitud de movimiento, estabilidad y fuerza en todos los planos.

Una prueba diagnóstica importante para el dolor lateral de cadera, en particular para la bursitis trocantérea, es sin duda la palpación. Hay que palpar en y alrededor del trocánter mayor. Esta es la prueba clínica más provocadora por parte de los fisioterapeutas.

Como prueba adicional también se puede realizar el Test_de_Ober. Fue concebido originalmente para la contractura del músculo abductor, pero se comprobó que la reproducción del dolor o la reducción de la amplitud de movimiento era significativa para diagnosticar la bursitis trocantérica.

Si aún hay dudas sobre el diagnóstico es favorable realizar una resonancia magnética, que dará información más específica.

Exploración física

La exploración física se realiza en base a los antecedentes de lesiones previas y sirve para confirmar el origen del dolor y establecer las limitaciones o déficits que pueda tener el paciente. También evalúa el trastorno subyacente o la alteración anatómica que puede causar la bursitis. La exploración física debe tener un enfoque gradual que consiste en la observación, la palpación, la amplitud de movimiento, la fuerza muscular, la evaluación de la marcha y la realización de pruebas especiales.

La primera parte es la observación. El aspecto más importante de la observación es la postura del paciente en posición sentada y erguida. El paciente con la cadera irritada tenderá a estar de pie con la articulación ligeramente flexionada. En posición sentada: encorvarse e inclinarse hacia el deslizamiento no implicado permite que la cadera busque una posición ligeramente menos flexionada. La observación también se centra en la asimetría, la atrofia gruesa, la alineación de la columna vertebral o la asimetría pélvica.

El dolor de la bursa puede detectarse por palpación. Realizamos la palpación para evaluar las fuentes de dolor en la cadera. La palpación comienza con la sensibilidad articular en la zona proximal y distal de la cadera. También hay que valorar cada una de las partes del cuerpo que están asociadas a esta lesión, por ejemplo: el hueso, el músculo, los ligamentos, etc. Es importante revisar la columna lumbar, las articulaciones sacroilíacas, el isquion, la cresta ilíaca, la cara lateral de la bursa trocantérica mayor, los vientres musculares y la sínfisis del pubis. Pueden determinar una posible fuente de síntomas o dolor en la cadera.

La amplitud de movimiento debe comprobarse en la cadera real lesionada, así como en la cadera contralateral. La flexión activa de la cadera, la rotación interna y externa, la abducción y la aducción reproducirán el dolor en la zona lesionada. La amplitud de movimiento puede identificarse con varias pruebas: la prueba de Faber, la prueba de Trendelenburg, la prueba de Ober, la prueba de Thomas y una prueba en la que la flexión forzada combinada con la rotación interna podría ser útil para diagnosticar la causa del dolor lateral de cadera.

Es necesario comprobar la fuerza muscular de todos los grupos musculares principales que actúan sobre la articulación de la cadera, que puede evaluarse con una contracción resistida. La debilidad de los abductores de la cadera es un hallazgo común y la prueba de los abductores puede provocar dolor lateral en la cadera durante el examen.

Al evaluar la marcha, se debe buscar cualquier discrepancia en la longitud de las extremidades, debilidad y golpe de talón que contribuya a la función del glúteo mayor.

Diagnóstico diferencial

Hay muchas afecciones que pueden presentarse como dolor lateral de cadera en un paciente. Por ello, es fundamental descartar otras posibles causas para llegar con precisión al diagnóstico de Bursitis Trocantérica.

Las afecciones comunes que pueden causar dolor lateral de cadera son:

  • Síndrome de la Banda Iliotibial
  • Síndrome de la Cadera Encajada
  • Disfunción y Desgarros del Tendón del Glúteo Medio
  • Meralgia Parestésica
  • Dolor Referido

Medidas de Resultado

– VAS-escala de dolor
– International Hip Outcome Tool (iHot)
– Oswestry Disability Index
– Harris Hip score
– 6 Minute Walk Test
– Hip Disability and Osteoarthritis Outcome Score
– Copenhagen Hip and Groin Outcome Score

Manejo médico

Hay varios enfoques en el tratamiento de la bursitis trocantérica, dependiendo de si la bursa tiene o no infección, y de si es necesario tratar la lesión con o sin cirugía.

Bursitis trocantérica aséptica

  • En la mayoría de los casos la bursitis trocantérica se trata sin cirugía. Si el dolor es consecuencia del uso excesivo, se recomienda reducir las actividades o modificar la mecánica corporal en la que se realizan esas actividades específicas.
  • Además, un programa de ejercicios de estiramiento y fortalecimiento con un fisioterapeuta ayudará a recuperar el rango completo de movimiento en la cadera, a veces en combinación con medicamentos antiinflamatorios o aplicaciones de calor y hielo para calmar la inflamación.
  • Si el tratamiento anterior no consigue reducir los síntomas, puede ser necesaria una inyección de cortisona en la bursa inflamada. Esta inyección antiinflamatoria reducirá los síntomas durante meses, pero no curará el problema en sí.

Bursitis trocantérica infecciosa

  • La bursitis trocantérica infecciosa se produce, pero sólo en casos excepcionales.
  • Es necesario un examen posterior del líquido de la bursa en el laboratorio para evaluar qué bacteria ha causado la infección. Una vez que se sabe esto, se puede prescribir una terapia antibiótica (intravenosa).

Tratamiento quirúrgico

Sólo cuando la terapia no quirúrgica falla, y cuando el dolor sigue siendo insoportable, se recomienda considerar la cirugía. El objetivo de la cirugía es eliminar la bursa engrosada y los espolones óseos que han surgido en el trocánter mayor. También se trata el gran tendón del glúteo mayor. Algunos médicos prefieren extirpar una parte del tendón que roza el trocánter mayor, mientras que otros prefieren alargar el tendón quirúrgicamente.

Manejo de la fisioterapia

Hay varios tratamientos que pueden utilizarse para reducir el dolor y la inflamación en un paciente con bursitis trocantérica. No hay muchas pruebas que detallen los beneficios de la fisioterapia o las modalidades utilizadas, pero es una intervención habitual cuando el dolor es un factor predominante. Cuando el dolor es la queja principal, es importante evaluar cualquier trastorno subyacente para tratar al cliente con mayor eficacia. La fisioterapia puede mejorar la flexibilidad, el fortalecimiento muscular y la mecánica articular. Cuando estos aspectos mejoran, el dolor disminuye. Para curar la bursitis trocantérica es necesario proceder a la infiltración de la bursa con medicación antiflogística (inyecciones de corticosteroides). En caso de que la bursitis sea persistente, hay que considerar también la cirugía. Otras intervenciones de fisioterapia son el uso de ultrasonidos, calor húmedo y la educación del paciente en la modificación de la actividad y la corrección de posibles errores de entrenamiento.

El dolor de esta lesión puede reducirse en diferentes fases: La primera fase consiste en controlar el dolor y la inflamación. Siendo el dolor el principal motivo de tratamiento de la bursitis trocantérica, podemos utilizar dos tratamientos habituales para disminuir el dolor: el uso de hielo y de antiinflamatorios no esteroideos (AINE). La inflamación de la bursa puede tratarse con terapia de hielo y técnicas o ejercicios que reduzcan las estructuras de inflamación. También hay otros tratamientos que el fisioterapeuta puede utilizar, por ejemplo: electroterapia, acupuntura, técnicas de vendaje, masaje de tejidos blandos y el uso temporal de una ayuda de movilidad para descargar el lado afectado.

La segunda fase consiste en reforzar la fuerza del paciente y restaurar el ROM normal. El fisioterapeuta también mejorará la longitud muscular y la tensión en reposo, la propiocepción, el equilibrio y la marcha mediante un programa de rehabilitación de ejercicios supervisado y exhaustivo.

La siguiente fase de la rehabilitación es el restablecimiento de todas las funciones. Muchos pacientes desarrollan la Bursitis Trocantérea debido a sus actividades diarias comunes como correr, caminar, etc. El objetivo del fisioterapeuta es proporcionar un programa especializado para el paciente para mejorar el movimiento y reducir el dolor, para que el paciente pueda realizar sus actividades diarias con menos dificultad.

La fase final consiste en prevenir una recaída. Puede ser tan sencillo como entrenar sus músculos centrales o fabricar plantillas ortopédicas para solucionar cualquier fallo biomecánico en las extremidades inferiores. El terapeuta examinará la estabilidad y la función de la cadera abordando cualquier déficit en la fuerza del núcleo y el equilibrio. Además, también enseñará al paciente algunas técnicas de autocontrol. El objetivo final es que el paciente vuelva con seguridad a sus antiguas actividades deportivas o de ocio.

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