Por qué no habremos podido asistir a la fiesta del viajero del tiempo de Stephen Hawking'
El 14 de marzo de 2018 fue un miércoles, el Día de Pi, 139 años después del nacimiento de Albert Einstein. Ciento treinta y nueve es un feliz número primo. Ese día falleció el legendario físico de Cambridge Stephen Hawking.
El 29 de junio de 2009 fue un domingo, un día antes de que el estafador de pirámides Bernie Madoff fuera condenado a 150 años de prisión. Hawking estaba sentado en su silla de ruedas en un cóctel en el Gonville & Caius College de Cambridge, bajo una pancarta que decía: «Bienvenidos viajeros del tiempo». Las invitaciones no se revelaron hasta después de la fiesta, por lo que sólo apareció el anfitrión, aunque no aportó ninguna prueba concreta de que no fuera él mismo un viajero del tiempo. Fue, al menos en parte, un truco para un programa de televisión, el tipo de combinación de seriedad y tontería por el que Hawking era conocido.
El 15 de julio de 1992 fue otro miércoles, el día en que Bill Clinton se convirtió en candidato presidencial. Además, se publicó un nuevo número de la revista Physical Review D, con un artículo titulado «Chronology Protection Conjecture», de Hawking. En él, plantea que las leyes de la física pueden impedir la posibilidad de viajar en el tiempo, algo en lo que creería -con alguna salvedad o debilidad por la teoría M- durante toda su vida. «Parece que existe una agencia de protección de la cronología, que impide la aparición de curvas cerradas en el tiempo y, por tanto, hace que el universo sea seguro para los historiadores», escribió. Construye su argumento cuidadosamente a lo largo de nueve páginas, con líneas como: «A medida que uno se acerca a una geodésica nula cerrada γ en el horizonte de Cauchy, el propagador adquirirá singularidades extra de geodésicas nulas cercanas a γ que casi vuelven al punto original.» Claramente. El artículo termina con su más clara evidencia de que el viaje en el tiempo no es posible: «el hecho de que no hemos sido invadidos por hordas de turistas del futuro»
El 24 de diciembre de 2018 fue un lunes, víspera de Navidad, y seguimos sin tener rutas probables hacia el pasado, al menos en este universo. Todavía no es posible viajar más rápido que la velocidad de la luz (ni siquiera nos hemos acercado), los agujeros de gusano siguen siendo teóricos, y no conocemos ninguna materia exótica con una densidad de energía negativa que pueda mantener uno abierto el tiempo suficiente para que una persona lo atraviese. Así que por ahora (y entonces y dentro de mil años), el universo sigue siendo seguro para los historiadores, y no habremos podido asistir a la fiesta de Hawking. Pero seguimos teniendo toda la historia que él hizo.