Laboratorio de química: Un asistente médico cae muerto mientras esnifa éter en la sala de descanso del hospital
Cuando los colegas de un anestesista lo encontraron muerto en una cama de su sala de descanso con un
frasco vacío de anestésico inhalable en la mano, tenían un montón de preguntas que responder. Uttam
Garg y Cecilia Rosales, patólogos de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Missouri Kansas City, iniciaron una investigación exhaustiva.
Dado que el sevoflurano, la droga que el asistente médico muerto tenía en sus manos, es altamente volátil, los médicos envolvieron las muestras de sangre y tejido en viales herméticos antes de enviarlas a un laboratorio forense para realizar pruebas de drogas. Sin un embalaje especial, el éter mortal se habría evaporado durante el transporte.
En la Universidad de California en San Francisco, los toxicólogos buscaron más de trescientas
diferentes drogas. Con la excepción de modestas cantidades de anestesia, el chico estaba completamente
limpio.
Una autopsia mostró que el joven tenía una arteria coronaria parcialmente bloqueada, pero no era lo suficientemente grave como para matarlo. Un examen minucioso de sus pulmones contó una historia diferente. Había signos de espuma y acumulación de líquido. Probablemente se había asfixiado.
Garg y Rosales explicaron sus hallazgos en el Journal of Forensic Sciences. El informe ya está disponible en línea y aparecerá en un próximo número.
En conclusión, informamos de un caso de muerte autoinfligida por inhalación de sevoflurano. Los resultados de la autopsia revelaron edema pulmonar y formación de espuma, en un individuo por lo demás normal, probablemente debido a la obstrucción y depresión respiratoria con la consiguiente hipoxia.
Los hallazgos novedosos del presente informe incluyen el sevoflurano como única causa de la muerte y una descripción de las concentraciones de sevoflurano resultantes en los tejidos cerebrales y pulmonares. El caso también sugiere el peligro del abuso del sevoflurano.
Los vapores del potente éter pueden noquear a las personas más rápido que un ninja. Una vez inconsciente, cualquier persona que esté bajo la influencia de la droga está indefensa si sus vías respiratorias se obstruyen. El asistente médico debería haberlo sabido. Al menos no sintió sus últimos momentos.