«A la luna, Alicia»: Las creencias de humor caballeresco y las reacciones de las mujeres' ante los chistes sexistas agresivos y denigrantes☆,☆☆
¿Por qué algunas mujeres disfrutan e interiorizan los chistes sexistas, mientras que otras expresan una aguda desaprobación? Para responder a esta pregunta, exploramos el papel de las creencias de humor displicente (los chistes son divertidos e inofensivos, o «sólo chistes»), además de los predictores conocidos, como la orientación de dominación social y el sexismo hostil. En el Experimento 1, las mujeres (N = 225) informaron de su diversión y de su carácter ofensivo en respuesta a tres tipos de chistes: chistes sexistas agresivos, chistes sexistas denigrantes y chistes neutros. Las creencias sobre el humor de los caballeros predijeron una mayor diversión y una menor ofensa para todos los chistes (incluido el neutro), pero predijeron más fuertemente una menor ofensa para los chistes sexistas agresivos y despreciativos, lo que sugiere que estas creencias podrían ser utilizadas por aquellos que enmascaran intenciones prejuiciosas. Por el contrario, la orientación de dominación social y el sexismo hostil se asociaron con reacciones favorables a los chistes sexistas, pero no a los neutrales. En el Experimento 2, exploramos el papel de las creencias de humor arrogante (y el sexismo hostil) en la aceptación de chistes sexistas por parte de las mujeres (N = 226) y la posterior liberación de prejuicios contra las mujeres tras la exposición a chistes sexistas. En general, la exposición a los chistes agresivos (frente a los neutros) llevó a las mujeres a calificar los chistes como poco graciosos y ofensivos, pero estas objeciones se atenuaron entre las mujeres con mayores creencias de humor arrogante, incluso después de controlar el sexismo hostil. En particular, entre las mujeres con creencias de humor arrogante, la exposición a chistes agresivos facilitó la aceptación de la discriminación contra las mujeres, incluso cuando se tuvo en cuenta el sexismo hostil. Por lo tanto, las creencias de humor arrogante perpetúan el sexismo entre las mujeres, cuyo grupo interno es el objetivo del humor sexista. Se discuten las implicaciones para la teoría de la norma prejuiciosa.