10 estrategias para no perder los estribos

Sep 10, 2021
admin

Perder los estribos nunca es una estrategia tan gratificante como parece antes de soltar algo que simplemente no puedes retirar. Es el tipo de campana que no se puede deshacer, y las repercusiones son – por lo general – más graves que el problema que te hizo enfadar en primer lugar. Pero es tan fácil perder el control. Los hijos, el cónyuge, el servicio de atención al cliente, los compañeros de trabajo… la lista de situaciones y personas que pueden hacernos estallar es interminable. ¿Sabes cómo controlar tu temperamento? Tiene que haber algo que los hombres puedan hacer para refrenarse cuando parece inevitable sobrepasar el límite.

¡No desesperes! Hay muchas cosas que podemos hacer para reponernos cuando estamos a punto de perder el control. Pero tenemos que tener algunas alternativas útiles en mente con antelación, tener unas cuantas opciones fácilmente disponibles y tener un plan alternativo preparado. Aquí hay diez sugerencias para poner en marcha la pelota.

Mantenga una perspectiva adecuada.

La ira suele venir de un lugar muy estrecho; ampliar su visión suele diluir la intensidad.

La ira suele venir de un lugar muy estrecho; ampliar su visión suele diluir la intensidad. ¿Vas a pasar hambre esta noche? ¿Tienes una enfermedad terminal? Recordar lo que es importante puede ayudar a controlar su temperamento.

Imagínese como un niño de tres años y visualícese teniendo una rabieta.

Intente no reírse a carcajadas cuando haga esto. Podría molestar a la otra persona.

Haz algo incompatible con perder los nervios.

Algunos chicos cantan una canción (en su cabeza); otros preparan una taza de café; algunos leen un pasaje favorito de las Escrituras o un refrán que les haga sentir bien; otros se ponen los auriculares y escuchan su canción favorita. En resumen, no se puede subir y bajar al mismo tiempo.

Aléjate.

¿Solución simplista? Sí. Pero tomarse un tiempo para recogerse siempre es bueno. Si estás muy enfadado, sal a correr.

Llama a tu madre.

O a tu mejor amigo, a tu pastor o a cualquier persona en la que confíes. La cuestión es que vuelvas a centrarte y te permitas reconducirte.

Ve a buscar un vaso de agua para la persona (y para ti).

Estamos hablando de la aplicación de la gracia. Es difícil estar exageradamente enojado cuando estás sirviendo al objeto de tu enojo.

Ora.

Religioso o no, ¡esta es una gran estrategia! A) Has cambiado de enfoque B) Dios tiene ahora tu atención C) La oración es incompatible con perder los nervios.

Cuenta hacia atrás desde diez pero con este giro.

Has oído hablar de contar hasta diez. Ahora intenta contar hacia atrás. Requiere más concentración. Además, imagina una alternativa a la explosión para cada número: Diez – «Podría escribir una carta a su supervisor». Nueve – «Podría contarle la vez que era un niño y rompí una ventana con una pelota de béisbol». Ocho – «Me pregunto qué pasaría si me disculpara, aunque estoy en lo cierto?»

Concéntrate en la respiración.

Inhala lentamente, mantén la respiración durante cinco segundos, luego exhala completamente de forma lenta y espera cinco segundos antes de repetir la inhalación y la exhalación tres veces. Está demostrado que este ejercicio fisiológico reduce la frecuencia del pulso y disminuye la presión arterial. Eso podría ser todo lo que se necesita para que pase la tentación del mal genio.

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