Unión monetaria

May 20, 2021
admin

Unión monetaria, acuerdo entre dos o más estados por el que se crea una zona de moneda única. Una unión monetaria implica la fijación irrevocable de los tipos de cambio de las monedas nacionales existentes antes de la formación de una unión monetaria. Históricamente, las uniones monetarias se han formado sobre la base de consideraciones tanto económicas como políticas. Una unión monetaria va acompañada del establecimiento de una política monetaria única y de la creación de un banco central único o de la conversión de los bancos centrales nacionales ya existentes en unidades integradoras de un sistema bancario central común. Normalmente, una unión monetaria implica la introducción de billetes y monedas comunes. Sin embargo, esta función puede repartirse entre los Estados participantes. O bien se les puede conceder el derecho a emitir monedas o billetes en nombre del sistema bancario central común, o bien las respectivas monedas nacionales se convierten en denominaciones de una moneda común invisible.

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El ejemplo más destacado de unión monetaria a principios del siglo XXI fue la creación de una moneda única entre la mayoría de los países de la Unión Europea (UE): el euro. Este ejemplo demuestra la interacción de factores económicos y políticos en el proceso de creación de una unión monetaria. Desde el punto de vista económico, una unión monetaria ayuda a reducir los costes de transacción en un mercado regional cada vez más integrado. También contribuye a aumentar la transparencia de los precios, incrementando así la competencia intrarregional y la eficacia del mercado. Además, la unión monetaria se considera un paso esencial hacia una mayor integración política de la UE.

Una unión monetaria puede tener efectos adversos en las economías participantes. En el caso del euro, algunos economistas plantearon dudas sobre si la UE podía considerarse una «zona monetaria óptima». La diversidad económica y la inflexibilidad de los mercados de trabajo se consideraban los principales obstáculos para que los Estados miembros de la UE aprovecharan al máximo las ventajas de la unión monetaria. Se consideraba que la integración monetaria dejaba a algunas economías especialmente vulnerables a los choques asimétricos (externos), ya que los responsables nacionales dejaban de controlar los tipos de interés nominales. (Véase también la crisis de la deuda de la eurozona.)

En consecuencia, la creación de una unión monetaria representa un reto tanto a nivel nacional como supranacional. Plantea la cuestión del diseño institucional de una política monetaria común y la necesidad de una integración simultánea de las políticas macroeconómicas. Dado que estas cuestiones afectan a aspectos fundamentales de la soberanía nacional, las uniones monetarias se asocian a veces con la transición de una confederación de Estados hacia un sistema federal. Sin embargo, como demuestra el ejemplo de la Unión Económica y Monetaria Europea, una política monetaria centralizada puede ser compatible con un marco de política económica descentralizado. En este marco, los gobiernos nacionales siguen siendo los únicos responsables de las políticas económicas, pero están obligados a coordinarlas. También deben respetar un conjunto de normas comunes para la aplicación de sus políticas fiscales. Esto incluye, en particular, la regla de evitar déficits públicos excesivos.

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