Sólo tenemos un propósito

La gran paradoja de A.A. es que sabemos que rara vez podemos conservar el precioso regalo de la sobriedad a menos que lo demos. Esta Tradición delinea muy claramente nuestro propósito primario individual, así como el del grupo. Cada uno de nosotros no es más que una pequeña parte del todo, pero al unir el propósito primario de AA al nuestro, nos convertimos en algo más grande que nuestro yo individual.

¿Estoy dispuesto a renunciar a mis antiguos propósitos primarios?

Trabajar esta tradición significa que estoy dispuesto a decir «sí» a esta pregunta y a reorganizar el resto de mis prioridades. Dedicarme a un nuevo propósito primario significa que estoy dispuesto a dejar de lado muchas viejas ideas. Tengo muchos patrones de pensamiento que son automáticos y que necesito cambiar para consagrarme a un nuevo propósito primario.

Paralelo Paso-Tradición

La relación del quinto paso con la quinta tradición es que el quinto paso me enseñó la naturaleza exacta de mis errores, «no estoy a cargo». En la quinta tradición aprendí justo lo contrario, aprendí cuál debe ser mi naturaleza exacta: mi talento para llevar el mensaje al alcohólico que aún sufre, mi propósito principal.

En el quinto paso aprendí lo que está mal en mí y en la quinta tradición aprendí lo que está bien en mí. Lo que está bien en mí es mi capacidad de llevar el mensaje cuando nadie más puede hacerlo debido a las experiencias que he tenido y que se transformaron en un mensaje de esperanza en el quinto paso. Mi alcoholismo es mi mayor talento, no mis talentos como esposo, padre, hijo o mi trabajo. Puedo cumplir con mi propósito principal de haber nacido llevando el mensaje al alcohólico que aún sufre.

(Los extractos del texto anterior provienen del Estudio de las Tradiciones desarrollado por el Grupo de A.A. Unidad Asegura la Recuperación a través del Servicio, Los Ángeles, CA.)