Sobre la duración máxima de la vida humana: enfoque interdisciplinario sobre sus límites
Antecedentes: Se trata de una aproximación teórica a la cuestión de cuánto puede prolongarse al máximo la vida del individuo humano. El punto de partida de este trabajo fue la consideración biológica de dos cambios en las características humanas que tuvieron lugar durante el último siglo hasta ahora, a saber, los seres humanos vivieron notablemente más tiempo y son cada vez más altos.
Métodos: Los datos demográficos y las matemáticas deducidas por Gompertz, relacionadas con el crecimiento o la supervivencia, fueron las dos columnas en las que se ha apoyado la base de este estudio. Las ecuaciones respectivas fueron adaptadas al propósito buscado aplicando parámetros de. crecimiento corporal normal y crecimiento celular in vitro. Teniendo la edad individual en la abscisa, la de su punto de cruce con el valor de la ordenada indica la edad en la que no debe existir más actividad celular, ni de proliferación ni de migración.
Resultados: A pesar del aumento de la esperanza de vida, cuya extrapolación lleva a realzar notablemente los valores futuros, los cálculos de la duración de la vida con la ayuda de nuestros modelos matemáticos no indican una extensión más allá del límite de 120 años. Sin embargo, hipotéticamente existe la excepción de prolongar la vida fuera del límite mencionado cuando el crecimiento y el envejecimiento se interrelacionan proporcionalmente. Además, cuando los resultados de la proliferación de los cultivos de células musculares lisas in vitro se relacionaron con la edad del donante, su regresión lineal cruza el eje de las abscisas a una edad de 110,16 años (valor medio de diferentes procedimientos de medición) . Este límite no se aleja de lo que ocurre con otros parámetros de la actividad celular como la migración (117,7 años cuando cesa) o el estado de senescencia (98 años cuando participan todas las células). Sin embargo con la ayuda de la ecuación de Gompertz poniendo el crecimiento en la ordenada (actividad de proliferación) en lugar de la mortalidad y la edad del donante en el eje x, el seguimiento de la curva es similar al conocido de la supervivencia hasta los 80 años. Pero este procedimiento no parece adecuado para obtener información sobre el límite del potencial de vida, ya que posteriormente esta curva se vuelve muy plana alcanzando el final a la edad de 180 años; esto no parece ser real sino que se debe a un artefacto. Finalmente el IGF-1 prolonga el cese (punto de cruce del eje x) de la actividad de crecimiento celular hasta la edad del donante de alrededor de 126,4 años.
Conclusiones: La duración de la vida humana parece estar limitada hasta unos 120 años, pero los factores moduladores del proceso de crecimiento podrían teóricamente aumentarla.