Sentir el pinchazo
Evie tenía 12 años cuando empezó su ciclo menstrual. Cada mes, un fuerte dolor de pellizco justo debajo del bajo vientre le anunciaba su llegada. Después de uno o dos días, el dolor desaparecía. Pero cuando Evie cumplió 35 años, el dolor empeoró. Se preguntaba si debía ir al médico.
Al igual que Evie, muchas mujeres no están seguras de lo que constituye un dolor normal o anormal durante la menstruación. Pero según el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, cuando el dolor menstrual dura más de dos o tres días y es lo suficientemente intenso como para impedirle realizar sus actividades habituales, es una clara señal de advertencia de que debe visitar a su médico.
En general, hay dos tipos de dolor menstrual, también conocido como dismenorrea. La dismenorrea primaria está causada por fuertes contracciones del útero desencadenadas por la liberación de hormonas, llamadas prostaglandinas, que regulan el sistema reproductivo de la mujer. El otro tipo de dolor menstrual se llama dismenorrea secundaria. Está causada por un trastorno en los órganos reproductores de la mujer, como cuando el tejido que recubre el útero crece fuera de este órgano (endometriosis) o cuando se forman tumores no cancerosos (miomas) dentro, fuera o en las paredes del útero.
En el caso de Evie, los miomas eran la causa del dolor insoportable, el sangrado abundante y los desmayos que sufría cada mes. «No me atrevía a salir de casa cuando tenía la menstruación», dice.
Pero la buena noticia es que existen tratamientos eficaces para la dismenorrea. Dependiendo de la edad, la salud, el historial médico y las preferencias, los médicos pueden sugerir sencillos remedios caseros, como baños o duchas calientes, masajes abdominales o la aplicación de una almohadilla térmica sobre la pelvis. Pero si éstos no consiguen calmar el dolor, los médicos pueden proponer cambios en el estilo de vida, terapia farmacológica o cirugía.
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