Christmas Boy
Al igual que muchos adultos que todavía son niños de corazón, Scott M. Davidson amaba la Navidad. De hecho, sus amigos de Staten Island le llamaban Christmas Boy.
Un año llegó al apartamento de Perry Seridge con las luces del árbol de Navidad colgadas alrededor de su coche, todo iluminado. Cuando se le advirtió que conectar las luces a la batería del coche podía ser inseguro, levantó un dedo y empezó a rebuscar en el montón de ropa sudada de baloncesto que tenía en el asiento trasero.
Tras unos minutos, el bombero Davidson, de 33 años, miembro de la Compañía de Escaleras 118 de Brooklyn Heights, encontró lo que buscaba: un extintor. Triunfante, proclamó: «Lo tengo cubierto».
El bombero Davidson era también camarero; padre de Peter, de 8 años, y de Casey, de 4; profesor sustituto en la Escuela Intermedia 49, cerca de su casa en Brooklyn, y un patriota indiscutible mucho antes del incendio del World Trade Center contra el que murió el 11 de septiembre.
«Le encantaban todas las cosas americanas», dijo el Sr. Seridge. «Solía pensar que era algo raro, realmente, especialmente para un joven que nunca había estado en una guerra. Viéndolo ahora, era agradable. Estaría muy contento ahora que todo el mundo tendría banderas fuera».