Resultados desalentadores de la SG con bevacizumab en el cáncer de ovario

Nov 4, 2021
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El bevacizumab añadido a la quimioterapia no supuso ninguna diferencia en la supervivencia, según el seguimiento a largo plazo de un ensayo de fase III de mujeres con cáncer de ovario, de trompa de Falopio o peritoneal primario recién diagnosticado.

«La biología del carcinoma seroso de alto grado favorece la diseminación temprana a través de la activación de vías proangiogénicas», escribieron los autores del estudio, dirigidos por el doctor Krishnansu S. Tewari, del Centro Médico de la Universidad de California en Irvine. «Un promotor clave de la angiogénesis tumoral, el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF), ha surgido como un objetivo validado, con bevacizumab logrando respuestas de un solo agente del 20% en la enfermedad recurrente».

El ensayo GOG-0218 informó previamente de una reducción del 28% en el riesgo de progresión con bevacizumab sobre la quimioterapia sola; esto es similar a otros ensayos que han mostrado beneficios de supervivencia libre de progresión (SLP) sin beneficios sustanciales de supervivencia global (SG). El nuevo informe representa el seguimiento final del ensayo GOG-0218, con una mediana de seguimiento de 102,9 meses. Los resultados se publicaron en la revista Journal of Clinical Oncology.

En el estudio participaron un total de 1.873 mujeres con carcinoma de ovario, de trompa de Falopio o peritoneal en estadio III a IV resecado de forma incompleta. Fueron aleatorizadas a 1 de 3 grupos de tratamiento: carboplatino y paclitaxel solos (625 pacientes); quimioterapia más bevacizumab concurrente (625 pacientes); o quimioterapia más bevacizumab concurrente seguido de bevacizumab de mantenimiento (623 pacientes). Los pacientes tenían una mediana de edad de 60 años en los 3 grupos, más del 80% de los pacientes eran de raza blanca y más del 80% tenían una histología serosa.

La mediana de la SG en el grupo de control fue de 41,1 meses. En el grupo de quimioterapia y bevacizumab concurrente, la mediana de la SG fue de 43,4 meses, para una razón de riesgo (HR) comparada con la quimioterapia sola de 0,96 (IC del 95%, 0,85-1,09; P = 0,53). En el grupo que también recibió bevacizumab de mantenimiento, la mediana de la SG fue de 40,8 meses, para un cociente de riesgos instantáneos comparado con el grupo de control de 1,06 (IC del 95%, 0,94-1,20; p = 0,34).

Un análisis exploratorio que excluyó a las pacientes que murieron por causas distintas al cáncer de ovario o al tratamiento del cáncer (104 pacientes) no cambió los resultados. Lo mismo ocurrió al censurar a las pacientes que recibieron bevacizumab en el cruce antes de la progresión o después de ésta. Los grupos de tratamiento también tuvieron resultados de SG similares cuando se estratificaron por etapa de tratamiento.

El estudio también confirmó la importancia de realizar pruebas para detectar mutaciones en los genes BRCA1/2 y de reparación de recombinación homóloga (HRR). El CRI de muerte en los carcinomas con mutaciones en BRCA1/2 en comparación con los tumores de tipo salvaje fue de 0,62 (IC del 95%, 0,52-0,73). Sin embargo, dichas mutaciones no fueron predictivas de la actividad de bevacizumab.

«La falta de beneficio en la supervivencia (incluso cuando se ajusta por la mortalidad específica de la enfermedad o por el bevacizumab de segunda línea) es problemática, especialmente en ausencia de biomarcadores predictivos validados», escribieron los autores.

Aunque este y otros ensayos solo han mostrado beneficios en la SLP con bevacizumab en este entorno, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos aprobó el bevacizumab, en combinación con quimioterapia y luego como terapia de mantenimiento de agente único, en junio de 2018. «Esta aprobación representa un hito importante como primer medicamento, aparte de la quimioterapia, para las mujeres con cáncer de ovario avanzado después de su cirugía inicial», dijo la directora general de la Coalición Nacional del Cáncer de Ovario, Melissa Aucoin, en ese momento.

Se están realizando otros ensayos que pueden afectar aún más la forma en que se utiliza bevacizumab, entre otros agentes, en el cáncer de ovario. Por ejemplo, el ensayo PAOLA-1 está comparando olaparib y placebo en pacientes también tratadas con quimioterapia y bevacizumab, y tiene una fecha de finalización prevista para junio de 2022.

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