Refuerzo vs. Castigo: Cómo cambiar la conducta
¿Qué papel pueden desempeñar el refuerzo y el castigo en la formación de la conducta de su hijo?
Ser padre se conoce como la mejor cosa de la historia PERO también como el esfuerzo más desafiante que encontrará en su vida. Los padres se esfuerzan por criar a un niño sano y feliz que un día se convertirá en un adulto maduro e independiente. Pero para lograr este objetivo con éxito, un padre debe establecer una estructura o reglas a lo largo de su infancia para ayudarles a entender y a reajustarse cuando su comportamiento deba ser modificado. Cuando un padre reconoce la necesidad de cambiar un comportamiento, es probable que acabe utilizando el refuerzo, el castigo o una mezcla de ambos. Cuando estamos ayudando a disminuir la frecuencia de la conducta negativa de un niño, tener los métodos de refuerzo o castigo en nuestra caja de herramientas puede ayudarle a modificar e implementar el comportamiento deseado.
¿Cómo ayuda el refuerzo a cambiar la conducta?
Hay dos tipos básicos de refuerzo, el positivo y el negativo. Ambos pueden ser útiles si se aplican correctamente para moldear el comportamiento de un niño y ayudar a enseñarle las habilidades correctas que debe utilizar en el futuro. Por nombrar sólo algunas, el refuerzo puede utilizarse para enseñar y poner en práctica habilidades de comunicación, sociales, de autoayuda y de comportamiento en la mesa.
Refuerzo positivo: Cuando un padre utiliza el refuerzo positivo, lo que está haciendo esencialmente es proporcionar algo, conocido como un objeto o estímulo, que aumentará las posibilidades de que un determinado comportamiento deseado se repita en el futuro. Por ejemplo, se puede recompensar un comportamiento educado con el acceso al juguete favorito del niño o dándole una pegatina para que la coloque en su tablero de fichas. Los elogios también pueden ayudar al niño a sentirse bien por haber hecho algo bien, lo que hace que quiera repetir esa acción. Tenga en cuenta que los intereses de cada niño son diferentes, por lo que tendrá que adaptar el refuerzo positivo en consecuencia identificando lo que le motiva.
Refuerzo negativo: Con el refuerzo negativo, aumentas una determinada conducta mediante la eliminación de un determinado estímulo/objeto. Por ejemplo, supongamos que un padre está intentando establecer el sistema de comunicación por intercambio de imágenes (PECS) y quiere utilizar el refuerzo negativo para ello. Si al niño no le gusta una determinada fruta, puede aprender que si levanta la tarjeta PECS «No» se le quitará la fruta que no le gusta. En este ejemplo, la conducta que se refuerza es el uso de la tarjeta PECS «No» y el refuerzo negativo es la retirada de la fruta que no le gusta.
El papel del castigo en los cambios de conducta.
El castigo no tiene por qué ser extremo. Es simplemente un estímulo que se utiliza para desalentar o disminuir un comportamiento indeseable. Aunque el castigo no sustituye a la conducta negativa como lo hace el refuerzo, sigue siendo una técnica ingeniosa.
Castigo positivo: Aunque puede sonar extraño, en realidad es con lo que la mayoría de nosotros estamos familiarizados. Se trata de la introducción de un estímulo/objeto que disminuirá las posibilidades de que un comportamiento indeseable específico se repita en el futuro. Por ejemplo, la advertencia verbal que recibió de niño por portarse mal en clase, o por hacer algo inapropiado fue el estímulo que desalentó su comportamiento no deseado.
Castigo negativo: Cuando se utiliza el castigo negativo, los padres o el profesor deben eliminar un determinado estímulo para disminuir las posibilidades de que se repita una conducta no deseada. Por ejemplo, a un niño se le puede quitar su juguete favorito si es desordenado o no limpia lo que ensucia. Esto disminuye las posibilidades de que el niño desordene su habitación o haga un trabajo desordenado en el futuro y puede atribuirse a un castigo negativo.
Es importante enseñar siempre una conducta de sustitución que cumpla la misma función que la conducta no deseada que se intenta disminuir. Dado que el refuerzo se centra en el aumento de una conducta deseada y el castigo se centra en la reducción de una conducta no deseada, pero no enseña un reemplazo de la misma, normalmente se recomienda utilizar el refuerzo positivo cuando se trata de hacer un cambio de comportamiento. Sin embargo, tanto si elige utilizar el castigo como el refuerzo, la clave para utilizar con éxito estos enfoques es mantener la constancia. Mantenga la esperanza incluso cuando no vea resultados de inmediato; llevará tiempo, paciencia, amabilidad, amor y comprensión. Sin embargo, cuando el comportamiento deseado empiece a producirse de nuevo, le ayudará a creer en todo el proceso, así que manténgase firme y sepa que no está solo en este viaje.