Quiste óseo aneurismático: concepto, controversia, presentación clínica y diagnóstico por imagen

Sep 22, 2021
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El quiste óseo aneurismático es el resultado de un cambio fisiopatológico específico, que probablemente sea el resultado de un traumatismo o de un proceso vascular anómalo inducido por un tumor. En aproximadamente un tercio de los casos se puede identificar claramente la lesión preexistente. El más común de ellos es el tumor de células gigantes, que representa el 19-39% de los casos en los que se encuentra la lesión precedente. Otras lesiones precursoras comunes son el osteoblastoma, el angioma y el condroblastoma. Las lesiones menos comunes son la displasia fibrosa, el fibroxantoma (fibroma no osificante), el fibroma condromixoide, el quiste óseo solitario, el histiocitoma fibroso, el granuloma eosinofílico e incluso el osteosarcoma. Curiosamente, parte de la controversia que rodea a esta lesión puede ser el resultado de un cambio en la forma en que la lesión fue definida por Lichtenstein en 1953, cuando se añadieron las lesiones intramedulares a las lesiones yuxtacorticales (superficiales) descritas anteriormente. Los miembros de la AFIP han sugerido que muchas de las lesiones intramedulares en las que no se puede identificar ninguna lesión previa pueden representar tumores óseos de células gigantes. Su similitud con los tumores de células gigantes probados en pacientes esqueléticamente inmaduros puede ser sorprendente y parece más que una coincidencia. El tratamiento adecuado de un quiste óseo aneurismático requiere la comprensión de que es el resultado de un proceso fisiopatológico específico, y la identificación de la lesión preexistente, si es posible, es esencial. Está claro que un osteosarcoma con un cambio secundario de quiste óseo aneurismático superpuesto debe tratarse como un osteosarcoma, y es de esperar que un tumor de células gigantes con características secundarias de quiste óseo aneurismático tenga más probabilidades de recurrir localmente. La gran mayoría (aproximadamente el 80%) de los pacientes que presentan hallazgos similares a un quiste óseo aneurismático tienen menos de 20 años. Más de la mitad de las lesiones de este tipo se producen en los huesos largos, y aproximadamente el 12-30% de los casos se producen en la columna vertebral. La pelvis representa aproximadamente la mitad de las lesiones óseas planas. La mayoría de los pacientes presentan dolor y/o hinchazón, y los síntomas suelen durar menos de 6 meses. El aspecto de las imágenes del quiste óseo aneurismático refleja el cambio fisiopatológico subyacente. Las radiografías muestran una lesión lítica excéntrica con un contorno óseo expandido y remodelado, «hinchado» o «abombado» del hueso anfitrión, con frecuencia con un delicado aspecto trabeculado. Las radiografías pueden mostrar en raras ocasiones densidades floculentas dentro de la lesión, que pueden imitar la matriz condroide. La tomografía computarizada definirá la lesión y es especialmente valiosa para aquellas lesiones situadas en zonas en las que la anatomía ósea es compleja, y que no son evaluadas adecuadamente por las radiografías simples. Los niveles de líquido son comunes y pueden verse en las imágenes de TC y RM. (RESUMEN TRUNCADO A 250 PALABRAS)

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