SIDA significa Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida y es una forma avanzada del VIH. No todas las personas que tienen el VIH desarrollan el SIDA, en gran parte gracias a los avances en la medicación.

El SIDA puede desarrollarse cuando el VIH debilita el sistema inmunitario de una persona, de modo que su cuerpo ya no es capaz de protegerse contra las infecciones y enfermedades que un sistema inmunitario normal combatiría.

Como resultado, una persona seropositiva puede mostrar síntomas de diferentes infecciones y enfermedades llamadas infecciones oportunistas. Cuando alguien muestra síntomas de una o más de estas infecciones, se considera que tiene SIDA.

Diferentes personas con SIDA pueden experimentar diferentes problemas clínicos, dependiendo de qué infecciones oportunistas específicas desarrollen.

Las personas a las que se les diagnostica el SIDA pueden recuperarse y recobrar la salud, pero seguirán siendo seropositivas.

Infecciones oportunistas

El VIH debilita el sistema inmunitario al atacar a las células CD4 (o células T, un subconjunto de los glóbulos blancos) de una persona. Por lo tanto, un sistema inmunitario ya estresado es vulnerable y presenta una oportunidad para que otras infecciones y virus hagan enfermar a las personas que viven con el VIH.

Mientras que las personas que no tienen el VIH pueden contraer infecciones oportunistas debido a otras complicaciones de salud como el cáncer, las personas con el VIH son más propensas a desarrollarlas. Las infecciones oportunistas son más frecuentes y más graves en las personas con VIH, y a menudo pueden conducir a un diagnóstico de sida.

Mientras su médico vigila su estado de salud general, los recuentos de CD4 y la carga vírica, puede vigilar cualquier riesgo de infecciones oportunistas. En la actualidad, los estudios demuestran que el uso de la medicación contra el VIH está retrasando las infecciones oportunistas que, de otro modo, podrían haberse producido en el pasado. Es importante que las personas que viven con el VIH sigan con el tratamiento, ya que su interrupción puede aumentar el riesgo de infecciones oportunistas.