A medida que la piel se agrieta, puede empezar a sangrar. Estas fisuras profundas en el talón pueden permitir la entrada de bacterias y virus en el cuerpo, lo que provoca infecciones y enfermedades.

Talones agrietados: Factores de riesgo

Los dos mayores factores de riesgo de los talones agrietados son la diabetes y la obesidad, señala Mauser. Los diabéticos son propensos a sufrir talones agrietados porque el daño a los nervios de los pies causado por el descontrol de los niveles de azúcar en la sangre puede provocar sequedad en la piel. Las personas diabéticas tienen incluso más probabilidades de sufrir una infección por talones agrietados que los no diabéticos. Si es usted diabético, es importante que se examine los pies con frecuencia para detectar signos de grietas o infecciones.

La obesidad aumenta las probabilidades de tener talones agrietados porque la almohadilla del talón tiene aún más peso, lo que hace que se expanda más. La piel seca es incapaz de soportar la presión añadida y se agrieta.

Durante los meses de invierno, sin embargo, cualquiera puede tener los talones secos y agrietados. Tomar regularmente baños y duchas largas y muy calientes también puede exacerbar esta condición. Además, las personas que no se hidratan regularmente los pies con una buena loción o crema hidratante a base de aceite son más propensas a sufrir fisuras en los talones. No beber suficiente agua y una mala alimentación también son factores de riesgo para las fisuras en los talones.

Diagnóstico de las fisuras en los talones

Si sus talones están agrietados y le duelen, y la condición no mejora con una loción para pies de venta libre, visite a un podólogo para tratar el problema. Si las fisuras del talón son «lo suficientemente graves, le haremos sugerencias y le ayudaremos a superarlas», dice Mauser. Un podólogo puede tratar cualquier infección asociada y también ofrecer soluciones para ayudar a que su piel sane adecuadamente.

Para prevenir los talones dolorosos y agrietados, elimine los factores de riesgo bebiendo mucha agua y evitando las duchas excesivamente calientes. Con una buena loción y un poco de mimo en los pies, estarás pateando tus talones bien hidratados en poco tiempo.