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Para mucha gente, actuar parece ser gente que habla mientras a veces se emociona; básicamente, piensan que es alguien en la pantalla o en el escenario siendo ellos mismos. Por eso mucha gente cree que puede hacerlo. Dicen: «Actuar sólo es difícil porque hay que memorizar las líneas. Si pudiera recordar, también podría ser actor». Ven a Robert De Niro en «Taxi Driver» y piensan: «Soy de Nueva York y sé conducir un coche. Yo podría hacer eso».

Por otro lado, nadie imagina que podría levantarse un día y ser un bailarín profesional o un cantante de ópera o un pianista clásico. Para los desinformados, lo que estas profesiones requieren que la actuación aparentemente no requiere es años y años de entrenamiento intenso. ¿Destrezas actorales? Nada, piensan.

Pero aquí está la cosa: los actores notables sí pasan por un entrenamiento intenso específicamente para que no se note lo duro que están trabajando, para que no se vean los años y años de entrenamiento que los llevaron a este punto. Hay un virtuosismo encubierto en el complejo oficio de la interpretación que no se muestra en la interpretación hábil. ¿El objetivo de los grandes actores? Actuar con tanta naturalidad -sí, actuar con naturalidad requiere actuar- que sus habilidades sean invisibles.

La actuación compleja y de buena calidad siempre debe reducirse a un naturalismo invisible que hace que los componentes desafiantes de la misma sean mucho menos aparentes que cualquier otra forma de arte.

Actuar no es sólo memorizar líneas y hablar en la realidad conversacional con emoción intermitente. Como dijo Meisner: «Actuar es hacer las cosas con verdad bajo circunstancias imaginarias». Si se entiende y se aprecia, esta definición es algo ambicioso y notable a lo que hay que aspirar y por lo que hay que esforzarse. Para hacer las cosas con veracidad, el actor debe adquirir primero muchas habilidades desafiantes y muy trabajadas.

Todo lo que hay que saber para ser actor

Hablar con palabras en un disfraz no garantiza que la historia del escritor cobre vida o sea clara. Sin las habilidades mencionadas anteriormente, el guión permanecerá plano en la página, a pesar de ser recitado en voz alta. Para que un guión cobre vida de forma creíble, el actor debe tomar decisiones activas. Estas acciones y la claridad de su ejecución en secuencias emocionalmente locales crean el personaje, mucho más que simplemente decir líneas.

Imagina por un momento cuántas maneras diferentes hay de pronunciar una sola línea. Incluso algo tan simple como «cierra la puerta» puede significar tantas cosas diferentes y ser expresado de tantas maneras diferentes por tantos tipos de personas. Las palabras son del escritor, pero el comportamiento que les da vida es del actor. Eso es del actor. Los componentes de la actuación, más allá de la lectura y la memorización de las líneas, son la capacidad y la facilidad para asimilar las palabras y luego devolverlas de una manera nueva e intencionada.

Así que sí, la gran actuación requiere entrenamiento. Requiere habilidad. No puedes levantarte un día y ser un gran actor. Se necesita tiempo para entrenar el ojo y el cerebro para buscar la acción en las líneas, para averiguar dónde y cuándo tomar decisiones audaces y cuándo mantenerlas sutiles. Los actores son instrumentos y su trabajo es tan complejo como el de otros oficios que a menudo se asocian con las habilidades de los entrenados (como la mencionada bailarina, el cantante de ópera y el pianista clásico).

Utilizar toda la imaginación, analizar los guiones, planificar tanto la vida interior como las acciones de un personaje, desarrollar una voz rica en resonancias y una vida física expresiva son las habilidades que permiten a un actor crear un plan veraz y complejo para una interpretación que no traicione la cantidad de trabajo que se ha invertido en ella. No se engañe pensando que cualquiera que sepa leer y hablar puede ser actor. La sutileza y la naturalidad que muestran los grandes actores es precisamente lo que te hace pensar así, pero a todos ellos les ha costado años de entrenamiento llegar a este punto. Es mucho más de lo que crees.

*Este post fue publicado originalmente el 20 de septiembre de 2017. Desde entonces ha sido actualizado.

D.W. Brown

D.W. Brown es actor, escritor, director y copropietario y director del estudio Baron Brown en Santa Mónica, California. Brown es también autor de la aclamada guía de actuación «You Can Act» y de un segundo libro, «2500 Years of Wisdom: Dichos de los Grandes Maestros».

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