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Dic 13, 2021
admin

A pesar de las considerables dudas sobre su eficacia,1,2 la acupuntura se ha convertido en un tratamiento popular que actualmente se defiende para una amplia gama de afecciones.3 Muchos médicos pueden pensar «¿Por qué no? No puede hacer ningún daño». Pero, ¿es realmente cierta esta suposición?

En la actualidad existen datos convincentes procedentes de varios estudios prospectivos y observacionales que demuestran que aproximadamente el 10% de los pacientes experimentan efectos adversos leves y transitorios tras la acupuntura.4,5 Además, se han observado con cierta regularidad complicaciones graves, incluidas muertes. Desgraciadamente, no existen datos epidemiológicos y, por lo tanto, tenemos que confiar en las anécdotas. En manos de acupuntores bien formados y con experiencia, los acontecimientos graves parecen ocurrir raramente. Sin embargo, incluso los efectos adversos poco frecuentes son importantes si provocan muertes y los terapeutas responsables deben ser conscientes de los riesgos.6

En la literatura médica se han documentado de forma anecdótica unas 90 muertes después de la acupuntura.7 Por lo tanto, la acupuntura se ha asociado con más muertes que la mayoría de las demás terapias «alternativas», excepto la fitoterapia. Por supuesto, esto no significa necesariamente que la frecuencia de estos sucesos sea mayor. Es más probable que sea el reflejo del uso generalizado de la acupuntura. Debido a la falta de cifras fiables del denominador, no se pueden estimar las frecuencias. En el caso del Reino Unido, es probable que sean cercanas a cero: ninguna de las muertes mencionadas anteriormente7 se produjo en Gran Bretaña. Evidentemente, esto hace que el riesgo sea mucho menor que el de muchos tratamientos convencionales.

Las muertes suelen deberse a que una aguja de acupuntura penetra en un órgano vital. Esto, a su vez, puede provocar un neumotórax, un taponamiento cardíaco o una hemorragia importante. La mayoría de los casos de esta naturaleza aparecen en la literatura asiática que, para la mayoría de nosotros, no es fácilmente accesible. Dos casos chinos notificados recientemente son bastante típicos.

Una mujer china de 44 años con antecedentes de diabetes e hipertensión consultó a un acupuntor sin licencia en un entorno rural. Cuando una aguja de acupuntura penetró en su corazón, la paciente se quejó al instante de síntomas graves y alarmantes. En lugar de tomar medidas urgentes, el acupuntor introdujo otra aguja en la pared torácica. La paciente falleció casi inmediatamente. En la autopsia se encontraron dos pinchazos en el ventrículo derecho.8 La segunda paciente era una mujer china de 26 años que consultó a un acupuntor por un motivo no identificado. Una aguja penetró en su pulmón y la paciente murió de neumotórax a tensión.9

El primer caso8 ejemplifica la importancia de una formación y una técnica adecuadas. Al igual que con todas las intervenciones invasivas, pueden producirse complicaciones tras la acupuntura; pero cuando lo hacen, deben reconocerse y tratarse con prontitud. Los rasgos distintivos de los terapeutas alternativos mal formados son una técnica deficiente y una tendencia a sobrestimar el potencial de sus propias intervenciones. En lugar de poner en marcha medidas para salvar la vida, el acupuntor8 intentó trágicamente tratar los síntomas de su paciente con más acupuntura. El segundo informe de caso9 también es típico, pero en un aspecto totalmente diferente. Está desprovisto de detalles hasta el punto de carecer casi de sentido. Los informes de casos de efectos adversos después de la acupuntura son con frecuencia limitados debido a la falta de información,10 especialmente los publicados en la literatura china. Evidentemente, sería un avance si se pudiera mejorar la calidad de los informes de casos.

Como no existe una vigilancia posterior a la comercialización de los efectos adversos de la acupuntura, parece probable que muchos casos, en particular los que se producen en las zonas rurales de China y otros países asiáticos, queden sin notificar y sin publicar. Por tanto, el número real de muertes es una incógnita. Podría decirse que los datos publicados sólo representan la punta del iceberg.

La mayoría de las complicaciones de la acupuntura son, por supuesto, evitables. La acupuntura es practicada no sólo por médicos sino también por terapeutas menos capacitados. En los dos casos mencionados anteriormente,8,9 por ejemplo, una causa probable de las lesiones es que el acupuntor no insertó la aguja tangencialmente sobre un órgano vital. Esto debería ser un conocimiento estándar para todos los acupuntores. En las zonas rurales de China, donde el uso de la acupuntura está más extendido que en Occidente, la mayoría de los acupuntores no están tan bien formados como, por ejemplo, los miembros de la British Medical Acupuncture Association. Una mejor formación de los acupuntores sería la clave para una prevención eficaz.

En conclusión, las muertes tras la acupuntura pueden ser raras, pero ocurren. La mejor manera de minimizar el riesgo es asegurarse de que todos los acupuntores estén bien formados, no sólo en la técnica de la acupuntura, sino también en el reconocimiento de eventos adversos graves y en la puesta en marcha de medidas para salvar vidas.

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