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DISCUSIÓN
El uraco es un remanente embrionario de la cloaca y la alantoides que está presente después del nacimiento como un cordón fibroso de la línea media que se extiende desde la cúpula anterior de la vejiga urinaria hasta el ombligo . Si la obliteración de la permeabilidad uracal no se produce con normalidad después del nacimiento, el remanente uracal persistente puede dar lugar a diversos problemas clínicos. Las anomalías congénitas del uraco son más frecuentes en los varones y son de cuatro tipos: uraco persistente (alrededor del 50% de los casos), quiste del uraco (alrededor del 30%), seno del uraco (alrededor del 15%) y divertículo del uraco (alrededor del 5%). La incidencia de las anomalías del uraco en la infancia y la niñez es de aproximadamente 1 de cada 5.000, con una proporción de 3:1 entre hombres y mujeres. Dado que la enfermedad del uraco suele detectarse en la infancia y la niñez, es poco frecuente en los adultos. Yiee et al. informaron de que había aproximadamente dos casos de anomalía del uraco por cada 100.000 ingresos hospitalarios en adultos.
La presentación clínica suele estar asociada a una infección sobreañadida del quiste del uraco. Los quistes uracales infectados se presentan con varios síntomas; masa abdominal baja, secreción umbilical, sensibilidad con eritema, fiebre, infección del tracto urinario, hematuria y peritonitis. Un quiste uracal infectado puede dar lugar ocasionalmente a un absceso uracal y puede evolucionar a un estado séptico sistémico. En el caso de una infección grave del quiste uracal, el piojo puede formar una fístula con la vejiga, el intestino o el ombligo. La ruptura del absceso debido a la expansión del quiste uracal infectado puede causar un abdomen agudo que requiera una operación de urgencia.
El diagnóstico del quiste uracal suele hacerse con una ecografía o una tomografía computarizada. La cistografía o la cistoscopia pueden ser útiles para definir toda la extensión de la pared del quiste y delinear el seno uracal . En el tratamiento del absceso uracal se recomienda la administración inicial de antibióticos intravenosos y la escisión quirúrgica definitiva. No se recomienda el drenaje simple del quiste debido a las altas tasas de recurrencia (aproximadamente el 30%) . Si el paciente tiene un absceso de gran tamaño con un mal estado general, es mejor realizar un drenaje percutáneo del absceso uracal antes de la escisión quirúrgica . Debido a la alta tasa de recurrencia y a la posibilidad de desarrollar un carcinoma en el remanente uracal, es un punto clave para completar la resección de la pared del quiste en toda su longitud durante la operación . La operación puede incluir la extirpación del manguito de la vejiga si hay comunicación entre el quiste uracal y la vejiga. Tradicionalmente se ha realizado la escisión abierta como tratamiento de elección. Sin embargo, recientemente se ha aceptado el método laparoscópico como opción alternativa debido a la recuperación más rápida, el menor dolor postoperatorio y los mejores resultados cosméticos.
En resumen, el absceso uracal es poco frecuente en la edad adulta, pero debe considerarse como diagnóstico diferencial del dolor abdominal, ya que puede requerir un tratamiento quirúrgico de urgencia. Este caso demuestra que el absceso uracal es una enfermedad rara pero crítica que se presenta con dolor abdominal en adultos.