Oxitocina
Efectos en los tejidos reproductivos
En el útero, la oxitocina ejerce sus efectos al unirse a los receptores de oxitocina de las células del músculo liso. Al final del embarazo (a término) y en el parto prematuro, el número de receptores de oxitocina aumenta, acompañado de un marcado incremento de la sensibilidad del útero a la oxitocina. Durante la expulsión del feto, la hipófisis posterior libera oxitocina en pulsos (aunque la secreción pulsátil no siempre está presente). La oxitocina también es secretada localmente por los tejidos intrauterinos, lo que sugiere un papel para la señalización paracrina de la oxitocina durante el parto.
En algunos animales, los niveles de los receptores de oxitocina se han correlacionado con las concentraciones de las hormonas esteroides circulantes (a saber, estrógeno y progesterona). Aunque se ha especulado sobre la importancia de asociaciones similares en los seres humanos, no está claro si tales asociaciones existen en primer lugar. La oxitocina no parece ser esencial para el trabajo de parto, el parto o el comportamiento maternal. Los animales que carecen de oxitocina y las mujeres con glándulas pituitarias disfuncionales, por ejemplo, experimentan un parto normal. Por lo tanto, se cree que la oxitocina sirve principalmente como facilitador de esos procesos. En las mujeres cuyo trabajo de parto se prolonga o flaquea, pueden utilizarse inyecciones de oxitocina para facilitar el proceso de parto.
En la glándula mamaria, los receptores de oxitocina están presentes en las células mioepiteliales, que se contraen para expulsar la leche de los conductos lácteos en respuesta a la unión de la oxitocina. En los seres humanos, la bajada de la leche se produce unos segundos después de que el bebé empiece a mamar. En algunas mujeres, el llanto de un bebé hambriento u otras señales asociadas a un bebé pueden estimular la bajada de la leche, lo que sugiere un efecto condicionante, por el que ciertas señales desencadenan la liberación de oxitocina. Se han observado respuestas similares en otros animales; por ejemplo, las señales asociadas a una sala de ordeño pueden provocar la bajada de la leche en las vacas. A diferencia del parto, el proceso de bajada de la leche depende de la oxitocina. Los estudios en animales han demostrado, por ejemplo, que la deficiencia de oxitocina afecta a la eyección de la leche, y las crías pueden morir de hambre poco después del nacimiento. La eyección de leche puede restablecerse mediante inyecciones de oxitocina.
Los receptores de oxitocina también se expresan en los tejidos del tracto reproductor masculino, incluidos el epidídimo, el pene, la próstata, los testículos y los conductos deferentes. Aunque la función de la unión de la oxitocina en estos tejidos no se conoce del todo, se han propuesto funciones como la facilitación de la eyaculación y el transporte de esperma.