Se hizo evidente en el ecuador de la segunda temporada: Con los revenants todavía escondidos y los vivos en varios estados de angustia, de repente era muy, muy importante para los personajes de The Returned que no se les dejara solos. El sentimiento está presente en todo «Virgil», y la noción de aislamiento como el último nivel del infierno sólo se intensificó a medida que los episodios finales se desarrollaban. Milan recibió una forma acuosa de confinamiento solitario. Julie se encontró viviendo sola en un ala abandonada del hospital. Víctor tuvo una pesadilla en la que se encontraba solo en la orilla del mar, con su ángel de la guarda atendiendo a otra persona. Pierre era el último miembro vivo de El Círculo; las acciones de El Círculo dejaron huérfanos a varios niños.

La soledad es el monstruo más aterrador bajo la cama de The Returned, y también es un componente fundamental del proceso de duelo de la serie. Sobrevivir es quedarse solo. Los personajes pueden elegir estar con otros que también han sido dejados atrás (y a menudo lo hacen), pero no sin antes aceptar que están solos.

Y si puedes aceptar este aspecto de la visión del programa, entonces puedes aceptar la explicación un tanto disparatada que ofrece «Les Revenants» de por qué los muertos han resucitado: Víctor lo hizo. Bendecido con una segunda vista, pero maldito con la incapacidad de intervenir, le petit garçon vigiló la ciudad desde el segundo piso de los Lewansky durante 35 años. Hasta que: La calamidad imprevista golpeó. Cuando el Sr. Lewansky se desmayó en su casa, Víctor estaba allí. Ya sabíamos que su hospitalización coincidió con los extraños sucesos del pueblo; «Les Revenants» revela que la hospitalización fue uno de esos extraños sucesos. Temiendo haberse quedado solo para siempre, Víctor rezó para que el Sr. Lewansky volviera, y trajo consigo los espíritus de todos los demás desafortunados del pueblo.

Por un lado: Esta gran revelación final debilita la mística de la serie. Ofrece pruebas concretas y concluyentes de por qué los muertos volvieron a la vida, y despoja a la resurrección masiva de un significado de gran alcance. Si estás viendo The Returned desde el punto de vista de «no hay respuestas, por favor», o desde el punto de vista de Pierre «respuestas, por favor, pero mejor que sean apocalípticas», esto es bastante decepcionante. Has estado esperando dos años para descubrir que toda esta serie de televisión ocurrió porque un niño de primaria inmortal pidió un deseo para salvar a su padre adoptivo.

Pero lo que me recordó «Les Revenants» fue la sensación que tuve cuando vi por primera vez «Camille» en otoño de 2013, cuando The Returned parecía una réplica más íntima de otras series de apocalipsis zombi, a modo de «La pata de mono». Saber que Victor ha provocado todo esto socava algunas de las cosas que me encantaron de esa primera temporada (que, para ser sinceros, me entusiasmó mucho más que esta segunda temporada), pero también cierra el círculo de las cosas con el ambiente de «Ten cuidado con lo que deseas» de los primeros episodios. Piensa en Sandrine en esa primera escena en The Helping Hand, donde Constance Dollé hace que parezca que daría cualquier cosa por volver a ver a Audrey. Luego piensa en lo que Sandrine realmente dio para reunirse con su hija, en un cuadro que se acerca lo más posible a la recreación de La noche de los muertos vivientes.

Juzgar a toda una serie por los pecados de su último episodio es un desafortunado síntoma del fandom televisivo moderno; no hace tanto tiempo que un final de serie era un episodio más de la misma. No sé si «Les Revenants» será la última hora de The Returned, pero ciertamente lo parece. Lo que sí sé es que no me gustaría que la reputación de la serie se viera empañada porque algunos espectadores se opusieran a la resolución de «ese niño entrometido» de la segunda temporada. Y entiendo esas objeciones. Incluso las he expresado hace unos párrafos!

Sería una pena que eso ocurriera porque «Les Revenants» tampoco se trata de esa revelación. «Les Revenants» se siente como un final porque es muy bueno en poner un punto fino en lo que se había convertido en una especie de gran revoltijo de historias a lo largo de la segunda temporada. Se siente concluyente en todas las formas correctas y más satisfactorias, dando un golpe emocional tras otro, a medida que los personajes se despiden los unos de los otros o dan la bienvenida a la siguiente fase de sus vidas. Para los retornados, eso significa la aceptación de formar parte de la multitud, ya que pequeños grupos de muertos surgen entre la multitud para reclamar a los suyos. Aunque Camille tenga que dejar a su familia, nunca caminará realmente sola, como se demuestra cuando la multitud se separa para mostrarla cogida de la mano de Virgil. El contacto físico tiene un poder tremendo en «Les Revenants», ya sea ese abrazo con todo el cuerpo que Julie le da a Victor cuando la encuentra en la celda, o Lucy plantando un beso de gratitud a Alcide. Incluso algo tan sencillo como que Adèle coja la mano del retornado que habita en la cueva tiene un gran impacto.

Hay una mecánica argumental que debe servir en el final, pero no es a costa de la emoción. El sentimiento está presente cuando los Seguret se desprenden de Camille (una vez más); sin las lágrimas de los Seguret, la despedida de Berg con Etienne es un eco maravillosamente sobrio de aquella escena en el bosque. «Te necesito», dice el hijo. Su padre extiende la mano, tocando el rostro de Berg con su mano derecha. «No sé quién eres», responde. «Deberías olvidarme». No lo hará: La memoria es la forma en que los revenants se mantienen vivos cuando no son revenants.

Incluso parte del material expositivo cosecha recompensas emocionales. Cuando Camille comprueba la abrasión cerca de su clavícula, se menciona que la herida está causada por estar lejos de otros revenants. Eso explica lo que les ocurría a Audrey y Toni mientras estaban en el cautiverio de la Mano Amiga; también explica lo que ocurre con Serge cerca del final de «Les Revenants». No se unirá a los demás en el bosque: ha elegido quedarse en los túneles y expiar, una insignia roja de coraje que marca las consecuencias de su decisión.

Incluso con la mayor pregunta de la serie respondida, «Les Revenants» deja algunos misterios. Víctor y Lucy están encerrados en una especie de relación yin-yang, cuya verdadera naturaleza sigue sin estar clara. Ella llegó a la ciudad hace 36 años en busca de él, y sus escenas en el final están cargadas de una grave comprensión que sólo ellos comparten. Swann Nambotin y Ana Girardot no podrán interpretar a clarividentes sin edad para siempre, pero si se produce una tercera temporada de The Returned, puedo ver que sus personajes siguen teniendo algún tipo de conexión con la historia. Después de todo, incluso en su ensoñación junto al mar con Julie y Ophélie, Víctor todavía puede sentir a Nathan, quien, si las palabras de Víctor a Julie son un indicio, puede perpetuar un día el ciclo descrito en las dos temporadas de The Returned.

En caso de que eso ocurra, «Les Revenants» hace sentir que Nathan sólo lo haría por elección. Esa es la verdadera revelación del final: no es que Víctor haya causado el regreso, sino que ha elegido causarlo. Siempre estuvo en el escenario de una tragedia por elección, al igual que elige cambiar su destino y el de Julie, y al igual que los revenants eligen estar con los suyos (o marchitarse por su cuenta). Adèle elige confiar en Simon, y ambos son recompensados con el momento matrimonial que nunca tuvieron hace 10 años. Al principio del episodio, Etienne se arrepiente de no haber elegido escuchar la advertencia de Victor sobre la presa; ese arrepentimiento resuena en sus últimas palabras a Victor al borde del sumidero: «Si quieres, puedes cambiar las cosas». Este es el final que nos regala The Returned (por el momento, al menos); podemos optar por no dejar que destroce nuestro afecto por una obra televisiva única en su género.