Odidades históricas: La guerra de los pasteles

Jun 18, 2021
admin
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La Guerra de los Pasteles debe ser una de las guerras con nombres más extraños de la historia. Fue una acción francesa contra México a finales de 1838 y principios de 1839. El nombre proviene de un supuesto incidente que inició la guerra. México llevaba más de una década de disturbios casi constantes, ya que la lucha entre un gobierno central concentrado y un sistema más federal llevó al país a la guerra civil. En 1838, un pastelero francés afirmó que su tienda en Ciudad de México había sido saqueada por soldados mexicanos en 1828. Francia exigió al gobierno mexicano la entonces exorbitante cantidad de 600.000 pesos en concepto de indemnización. México también había dejado de pagar muchos de sus préstamos a Francia, por lo que el rey Luis Felipe estaba ansioso de que se le pagara también ese dinero.

Los franceses enviaron su demanda al presidente mexicano Anastasio Bustamante, pero al no recibir el pago de las reparaciones, decidieron tomar medidas más drásticas. Aprovechando las reclamaciones del pastelero y otros ciudadanos franceses, Francia envió una flota para bloquear el puerto de Veracruz en febrero de 1838. Siguieron meses de negociaciones para intentar que Francia levantara el bloqueo, pero el gobierno francés no cedió en sus demandas. En noviembre, la situación se había deteriorado por completo. La armada francesa comenzó a bombardear la fortaleza de San Juan de Ulúa en Veracruz, y México declaró la guerra.

Con los franceses atacando Veracruz, México necesitaba una rápida defensa de la ciudad. Para ello, el gobierno mexicano llamó al general Santa Anna, caído en desgracia dos años antes tras perder la Revolución Texana, para que saliera de su retiro. Por suerte, Santa Anna se encontraba en ese momento en su rancho cerca de Veracruz y se apresuró a preparar las defensas costeras de la ciudad contra el ataque francés. Sin embargo, la superioridad numérica y de posición de las fuerzas francesas ganó la batalla y ocupó Veracruz. La armada francesa intensificó el bloqueo y lo amplió para incluir todos los puertos de la costa del Golfo de México.

Los franceses ocuparon Veracruz durante varios meses hasta que se pudo llegar a una resolución del conflicto en marzo de 1839 tras la intervención británica. México fue obligado a pagar la totalidad de las reparaciones de 600.000 pesos, y la flota francesa abandonó Veracruz y regresó a Francia. Aunque la guerra fue breve, influyó enormemente en el siguiente capítulo de la historia de México. En primer lugar, devolvió a Santa Anna el protagonismo nacional. Aunque perdió la batalla en Veracruz, perdió una pierna durante la retirada de la ciudad. La pierna fue enterrada con todos los honores militares y Santa Anna salió como un héroe. Poco después de terminar la guerra, el gobierno de Bustamante se derrumbó y Santa Anna asumió la presidencia. Esta fue la quinta vez de ocho que Santa Anna ocuparía el cargo de presidente de México. Además, el pago a Francia y la pérdida de ingresos comerciales durante la guerra debilitaron enormemente el ejército y la economía mexicanos. Esto resultó desastroso diez años más tarde durante la Guerra México-Estadounidense.

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