Rico en fibra: El propio aspecto visual denota que la médula es rica en fibra. De hecho, la naranja como fruta puede ser rica en fibra sólo si se consume la médula junto con ella. Eliminar la médula reduce el contenido de fibra de una naranja en casi un 30%. La pectina, una forma de fibra, está presente en la médula, que ayuda a aliviar la diarrea y a controlar el colesterol.

Fuente de vitamina C: La naranja es rica en vitamina C, al igual que la médula. Te sorprenderá saber que la médula contiene la misma cantidad de vitamina C que está presente en la fruta. Comer la médula junto con la fruta aumentará tu consumo de vitamina C.

Rico en antioxidantes: Los antioxidantes en forma de flavonoides están presentes en abundancia en la médula. Esto da un poderoso impulso a nuestro sistema inmunológico y es de naturaleza antiinflamatoria y antimicrobiana. El naringeno, una sustancia presente en los flavonoides, aumenta el nivel de colesterol bueno (HDL) de su cuerpo.

Consumir la médula de la naranja

La mejor manera de consumirla es junto con la fruta. Retire la cáscara con delicadeza para que una gran proporción de la médula permanezca en la fruta. Puede tener un sabor ligeramente amargo al principio, pero añadirá un nuevo sabor a la naranja ácida y dulce. También puede recoger la médula, triturarla en la picadora y añadir el polvo grueso en postres o mermeladas a base de naranja para mejorar el sabor y el valor nutritivo.