¡Mitos sobre los bebés desmontados!

May 1, 2021
admin

Estaba disfrutando de uno de esos raros placeres de las madres primerizas -una ducha a tiempo- mientras mi madre de visita vigilaba a mi hija de dos meses, Hayley, que se había quedado dormida después de amamantarla. Nada más salir de la ducha, oí a mi bebé empezar a llorar. El llanto continuó sin cesar mientras me secaba rápidamente, me ponía algo de ropa y finalmente iba a calmar a mi pequeña. Estaba en los brazos de mi madre, con la cara roja y aullando.

«Toma», le dije, «dámela. Debe tener hambre».

«No», respondió mi madre. «Ve a terminar de prepararte para el día. No puede tener hambre, le has dado de comer hace una hora. Deben ser los gases o algo así.»

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De mala gana, dejé a mi bebé llorando y terminé de vestirme. Cuando volví, Hayley aún no se había calmado. La aparté suavemente de mi madre y la puse al pecho. Dejó de llorar al instante.

Mi madre estaba desconcertada: «¿Cómo puede seguir teniendo hambre? Todavía no han pasado cuatro horas». Pobre mamá: Al igual que muchas mujeres que criaron a sus hijos en los años 60 y 70, fue víctima del mito del horario de alimentación de cuatro horas.

Este es sólo uno de los sorprendentes y tenaces conceptos erróneos sobre el cuidado y el comportamiento de los bebés que aún perduran, y que hacen que los padres se cuestionen y se preocupen por cómo están cuidando a sus pequeños.

Por suerte, se puede luchar contra esta desinformación armándose con los hechos. En el caso de mi madre, lo único que tuve que hacer fue explicarle que todo eso de las cuatro horas se basaba en bebés alimentados con leche artificial. La leche materna, le dije, se digiere más rápida y fácilmente que la de fórmula, por lo que los bebés necesitan mamar con más frecuencia. Caso cerrado.

¿Tienes que enfrentarte a algunos mitos? Sigue leyendo para conocer los datos que necesitas para acabar con ellos.
MITO: Los bebés dormirán toda la noche a los tres meses de edad.

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REALIDAD: Lamentablemente, dormir ocho horas completas por la noche no será más que un sueño para muchos de los privados de sueño a los tres meses. «Dormir toda la noche es un proceso de desarrollo», dice el pediatra de Montreal Denis Leduc. Explica que, durante los tres primeros meses, los bebés suelen dormir entre 16 y 20 horas por ciclo de 24 horas, pero tienden a repartirlas en trozos de una a tres horas. Así, duermen hasta tres horas y luego están despiertos hasta tres horas a lo largo del día y de la noche.

Después, entre los cuatro y los seis meses, los bebés empiezan a distinguir el día y la noche, y tienden a hacer un tramo nocturno más largo, de cuatro a seis horas más o menos. Sin embargo, no es hasta los nueve meses cuando la mayoría de los bebés (entre el 70 y el 80 por ciento) duermen toda la noche.

MITO: Empezar a comer alimentos sólidos pronto (por ejemplo, a los tres o cuatro meses) ayudará a tu bebé a dormir más tiempo, ya que estará más lleno por la noche.

FACTURA: «Esto simplemente no es cierto», dice la comadrona Karin Terpsta, de Guelph, Ontario. «De hecho, los sólidos en esta etapa pueden alterar mucho sus pequeños vientres. Es más perjudicial que útil, ya que su intestino no está lo suficientemente maduro como para soportarlo».

Leduc refuerza esta afirmación, añadiendo que los riñones del bebé no son capaces de soportar mucho más que la leche materna. «Además, la comida extra y las calorías asociadas fomentan un aumento de peso desmesurado y pueden conducir a la obesidad.»

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Más allá de eso, según la Sociedad Canadiense de Pediatría, la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida aporta beneficios reales tanto para la madre como para el niño, entre ellos: un menor riesgo de virus gastrointestinales para los bebés; una pérdida de peso más fácil para las madres; y el retraso del retorno del ciclo menstrual de la madre, lo que le da la oportunidad de reconstruir sus reservas de hierro y evitar quedarse embarazada de nuevo demasiado rápido.

MITO: Si llevas mucho a tu bebé, siempre querrá estar en tus brazos.

FACTURA: «Las pruebas demuestran justo lo contrario», dice Terpsta. «Responder a las necesidades de tu bebé con rapidez hace que los bebés sean menos quisquillosos y más fáciles de calmar después».

Leduc está de acuerdo y añade que hay «un gran número de países en los que se lleva a los bebés en brazos las 24 horas del día, y eso no es un problema». Abrazar a su bebé, dice, no dará lugar a nada más que a estar cerca de él y a forjar una relación afectuosa.

MITO: Su recién nacido no puede verle realmente, sólo las sombras.

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FACTURA: Los bebés son hipermétropes, dice Leduc, pero «desde el nacimiento, pueden seguir un objeto hasta un arco de 30 grados. Eso aumenta a un arco de 180 grados a las ocho o diez semanas». Añade que los bebés fijarán sus ojos en puntos de contraste. Algunos padres lo fomentan colocando sencillas fotos en blanco y negro a la altura de los ojos del bebé en el cambiador o en otros lugares en los que lo ponen habitualmente.

Por otra parte, como atestiguan tanto los profesionales como muchos padres, lo que más le gusta mirar a un bebé suele ser la cara de su madre, lo cual funciona bien, ya que a la mayoría de las madres les encanta devolverle la mirada.

MITO: Los recién nacidos no pueden distinguir entre su madre y cualquier otra persona.

FACTURA: «No, no, no», dice Leduc. «Hay muchos datos que demuestran que los bebés pueden reconocer la cara de su madre y su olor. Por ejemplo, se volverán para echar raíces en el pecho de su propia madre».

Terpsta añade que el oído del bebé también está bien desarrollado y que, en el útero, un bebé ha estado escuchando a su madre. «Su voz y los patrones de su vida -dormir, hacer las tareas domésticas, cuidar de otros hermanos- le son familiares»

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Otro punto: Que tu bebé no se asuste cuando le pasas a tu mejor amigo no significa que os agrupe a los dos. A esta corta edad, un bebé simplemente no ha desarrollado aún la ansiedad ante los extraños o la separación. Espera ese divertido desarrollo alrededor de los ocho meses.

MITO: Un buen llanto ayudará a desarrollar los pulmones de tu bebé, así que no te apresures a cogerlo cuando empiece a gemir.

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