Varios estudios han mostrado diferencias raciales en la regulación del metabolismo mineral, en la adquisición de masa y estructura ósea de los individuos. En esta revisión, examinamos las diferencias étnicas en el metabolismo óseo y mineral en individuos normales y en pacientes con enfermedad renal crónica. Los individuos de raza negra presentan una menor excreción urinaria y una mayor absorción intestinal de calcio, niveles reducidos de 25(OH)D y niveles elevados de 1,25(OH)2D y de hormona paratiroidea (PTH). La concentración de fósforo corporal es mayor y los niveles de FGF-23 son menores que en los blancos. La densidad mineral y la arquitectura ósea son mejores en los individuos negros. Estas diferencias se traducen en ventajas para los negros que tienen huesos más fuertes, menos riesgo de fracturas y menos calcificación cardiovascular. En los Estados Unidos de América, la prevalencia de la enfermedad renal es similar en los distintos grupos étnicos. Sin embargo, los individuos de raza negra progresan más rápidamente hacia fases avanzadas de la enfermedad renal que los blancos. Esta progresión más rápida no se traduce en una mayor mortalidad, más elevada en los blancos, especialmente en el primer año de diálisis. Algunas variaciones relacionadas con la etnia en el metabolismo mineral persisten cuando los individuos desarrollan una ERC. Así, los pacientes de raza negra tienen concentraciones séricas de calcio más bajas, menos hiperfosfatemia, niveles bajos de 25(OH)D, niveles más altos de PTH y niveles bajos de FGF-23 en comparación con los pacientes blancos. Los estudios de biopsia ósea muestran que los negros tienen un mayor volumen óseo. La tasa de fracturas y enfermedades cardiovasculares también son menos frecuentes. Se necesitan más estudios para comprender mejor las bases celulares y moleculares de estas diferencias raciales en el metabolismo mineral óseo y así tratar mejor a los pacientes.