Manejo de las fracturas de metacarpianos y falanges y factores de riesgo asociados para el retraso en la consolidación

May 25, 2021
admin

Objetivo: Evaluar el tipo de fracturas de metacarpianos y falanges de mano y su plan de tratamiento, investigar los factores de riesgo (infección, pérdida ósea segmentaria, lesiones de partes blandas asociadas) para el desarrollo de retraso en la unión del foco de fractura.

Métodos: Este estudio descriptivo se llevó a cabo en la Unidad de Cirugía Plástica, Reconstructiva y de la Mano del Hospital Nacional Liaquat de Karachi. Se incluyeron 120 pacientes que acudieron al Departamento de Accidentes y Emergencias con fracturas de metacarpianos y falanges durante agosto de 2005 a enero de 2006. Se excluyeron los pacientes gravemente traumatizados o con la mano o los dedos amputados. Los datos se recogieron a través de la tabla de lesiones de la mano que cumplía los criterios de inclusión. Los datos se analizaron con el SPSS versión 10.

Resultados: En 120 pacientes con 226 fracturas de metacarpianos y falanges la proporción entre hombres y mujeres fue de 5:1. Las fracturas de los metacarpianos fueron el 38,9% y la de las falanges el 61,1%. Las fracturas oblicuas fueron el 47%, las transversales el 28,3%, las conminutas el 13,27%, las espirales el 8,9% y las de avulsión el 2,6%. Los pacientes tratados quirúrgicamente fueron el 78,3%, mientras que el 21,7% fueron tratados de forma conservadora. Para la fijación de las fracturas se utilizaron agujas de Kirschner (agujas de Kirschner) en el 89,36% de los casos, miniplacas y tornillos de tracción en el 4,25% y fijadores externos en el 2,1%. Se encontró infección en 5 (2,2%) del total de las fracturas, de las cuales 2/5 (40%) habían desarrollado una no unión del foco de la fractura. Se encontró un defecto óseo en 30 (13,3%) de las fracturas totales, de las cuales 4/30 (13,3%) desarrollaron no unión. En 130 (57,5%) se encontró una lesión de tejidos blandos asociada, y de éstas 11/130 (8,46%) desarrollaron no unión.

Conclusión: La mayoría de las fracturas de los metacarpianos y las falanges tenían una configuración oblicua, seguida de las fracturas transversales. Más del 75% de estas fracturas fueron tratadas quirúrgicamente. El procedimiento más utilizado fue la colocación de una aguja K. La infección, la pérdida ósea segmentaria y las lesiones de tejidos blandos asociadas predisponían a la no unión en un pequeño porcentaje de casos.

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