Las espinacas son realmente la estrella del rock del pasillo de productos. Esta hoja verde es baja en calorías, contiene vitaminas A y K, además de ácido fólico y hierro, y tiene un delicioso sabor fresco en una ensalada o un batido, o cocinada como guarnición. Ahora, añada una cualidad más impresionante a la lista: Puede reducir el hambre.

Un pequeño estudio nuevo publicado en la revista Appetite descubrió que tomar una bebida por la mañana hecha con extracto de espinacas prácticamente eliminaba los antojos de comida basura, lo que llevó a una pérdida de peso constante en un grupo de sujetos del estudio. Más abajo encontrarás los detalles del estudio. Y mientras tanto, considere esto como una razón avalada por la ciencia para comenzar su día con un delicioso batido de espinacas. Quizás quieras empezar con uno de estos batidos de espinacas que encontramos en Instagram.

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El estudio
Los investigadores trabajaron con 38 mujeres con sobrepeso durante tres meses. Instruyeron a todas las mujeres para que comieran tres comidas equilibradas al día, se resistieran a picar, hicieran 30 minutos de ejercicio diario y consumieran una bebida verde antes del desayuno cada mañana. La mitad de las mujeres tomaron una bebida que contenía cinco gramos de extracto de espinacas, mientras que la otra mitad recibió un placebo en su bebida. Al final del periodo de estudio, las mujeres que consumieron el extracto de espinacas afirmaron tener muy poca hambre y les resultó más fácil cumplir con las tres comidas diarias, y como resultado, perdieron una media de 5 kilos. Mientras tanto, el grupo del placebo sólo perdió una media de 2,5 kilos. «Nuestros análisis demuestran que tomar una bebida que contenga tilacoides antes del desayuno reduce los antojos y hace que uno se sienta más satisfecho durante todo el día», dijo la autora del estudio Charlotte Erlanson-Albertsson, profesora de medicina y química fisiológica de la Universidad de Lund, en un comunicado de prensa.

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Cómo funciona
Los ingredientes clave del extracto de espinacas son los tilacoides, el nombre científico de las membranas verdes de las espinacas. El cuerpo tarda en descomponer esta parte de la hoja, lo que ralentiza la digestión. Esta digestión más lenta suprime lo que se denomina hambre hedónica, es decir, los antojos de productos azucarados o basura (en contraposición al hambre homeostática, que se dispara cuando necesitamos cubrir nuestras necesidades energéticas básicas). Según los investigadores, los alimentos procesados modernos se digieren con tanta rapidez que las hormonas intestinales, que se supone que envían señales de saciedad al cerebro, se desajustan. Como resultado, se nos antoja la comida basura… y aumentamos lentamente de peso.

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