La trabajadora milagrosa (película de 2000)
En la década de 1880, Anne Sullivan, y sus esfuerzos por trabajar con la joven Helen Keller. La película se centra en la lucha de Anne por sacar a Helen, una niña ciega y sorda de nacimiento, de su mundo de oscuridad y silencio. Helen es incapaz de comunicarse con su familia, salvo a través de rabietas físicas, desde que una enfermedad le quitó la vista y el oído a los 19 meses de edad. Se le permite comer la comida de los demás con las manos, derribar o romper objetos y, básicamente, hacer todo lo que se le antoje. Todo ello mientras su familia la mira con lástima. Su familia la quiere, pero todos están convencidos de que es una niña tonta, de cerebro blando y salvaje con la inteligencia de un animal que nunca aprenderá nada. Apenas se la apacigua con caramelos cuando tiene una rabieta, y se encamina hacia el internamiento mental en un manicomio cuando Anne entra en su vida como último esfuerzo de los padres de Helen para evitar lo inevitable.
Afectada por sus propios problemas de visión y huérfana a una edad temprana, Anne tiene la mezcla adecuada de dureza, empatía y paciencia para cambiar el comportamiento de su joven alumna y enseñarle el lenguaje. El trabajo de Anne como profesora de Helen se ve dificultado por el imperioso padre de Helen, el capitán Arthur, propietario de una plantación, y por su madre, Kate, de corazón demasiado blando, cuando dudan de su autoridad y desafían sus métodos. El objetivo de Anne no es sólo enseñar a Helen a comportarse, sino darle el don de la comunicación. Utilizando el lenguaje de signos y las letras para deletrear palabras en la palma de la mano abierta de Helen, Annie da grandes pasos hacia la mejora del comportamiento de Helen.
Después de dos semanas de vivir a solas con Helen en una pequeña casa en la plantación de la familia Keller, Annie sigue siendo incapaz de llegar a un avance con Helen cuando se cumple el plazo establecido. Durante la cena de bienvenida de Helen, ésta empieza a volver a su antiguo comportamiento. Ana lleva a Helen al surtidor para rellenar una jarra de agua que derramó durante una de sus rabietas, y se produce el tan esperado avance. Helen establece la conexión de que las palabras que Anne ha estado deletreando en su palma abierta son en realidad la representación comunicativa de esas cosas en el mundo físico que la rodea. La palabra «agua» es el líquido húmedo que sale de la bomba de agua. Con esta conexión, a Helen se le abre la puerta de la comunicación y ahora puede sobrevivir y prosperar en el mundo a través de los ojos y los oídos de los demás.