La pirámide fue construida en Dahshur alrededor del año 2.600 a.C. por el faraón de la cuarta dinastía Sneferu. La pirámide doblada y la cercana pirámide «roja», también construida por Sneferu, marcan una transición de las pirámides «escalonadas», por las que las antiguas tumbas se construían en varios niveles, a las más conocidas pirámides de lados lisos.

«Las dos pirámides que construyó aquí el rey Sneferu llevaron finalmente a Khufu, hijo de Snefru, a construir la Gran Pirámide de Guiza, una de las Siete Maravillas del Mundo», dijo a la prensa el ministro egipcio de Antigüedades, Jaled el-Anany.

Los visitantes pueden ahora descender por un túnel de 79 metros para llegar a dos bóvedas en el interior de la estructura.

El diseño de la pirámide es único: sus lados, que aún están revestidos de piedra caliza, se elevan en un ángulo pronunciado de 54 grados durante los primeros 49 metros, antes de reducirse hacia la cima. Los arquitectos de la pirámide cambiaron el ángulo de la estructura cuando empezaron a aparecer grietas, según Mostafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto.

Y la pirámide recientemente accesible podría ser incluso el lugar de descanso final de su comisionado, Sneferu.

«No estamos seguros de dónde fue enterrado exactamente. Quizá en esta pirámide, quién sabe», dijo Mohamed Shiha, director del yacimiento de Dahshur.

Una pirámide satélite más pequeña de 18 metros, quizás construida para la esposa de Sneferu, Hetepheres, también se abrió a los visitantes por primera vez desde que fue excavada en 1956.

Como parte de la reapertura de la pirámide, las autoridades también mostraron una nueva colección de sarcófagos de piedra, arcilla y madera descubiertos en el sitio, algunos de los cuales contenían momias bien conservadas. La misión arqueológica egipcia también encontró máscaras e instrumentos funerarios de madera.

A diferencia de las pirámides más famosas de Giza, el yacimiento de Dahshur está en pleno desierto y recibe una fracción de visitantes. La apertura de la pirámide doblada coincide con un impulso de las autoridades para reactivar el atribulado sector turístico del país.

La industria es uno de los principales contribuyentes a la economía de Egipto, pero recibió un fuerte golpe tras la revolución de 2011 que derrocó al longevo dictador Hosni Mubarak.

Egipto recibió un récord de casi 15 millones de turistas en 2010. Aunque todavía está lejos de volver a alcanzar ese tipo de cifras, el sector parece estar recuperándose, con 11,3 millones de visitantes registrados en 2018, según la Organización Mundial del Turismo.