La importancia del cuidado de los pies para las personas mayores
Cada semana, más o menos, es probable que se lleve un cortaúñas a las uñas de las manos y los pies. Esto evita que se vuelvan demasiado largas o que se hagan mellas y, posiblemente, se corten. No todas las personas mayores son móviles o flexibles y pueden ocuparse del cuidado de sus propios pies, pero eso no significa que no sea necesario hacerlo. Siga leyendo para saber más sobre el cuidado de los pies de las personas mayores.
¿Por qué es importante el cuidado de los pies
Sí, cortar y dar forma a las uñas de los pies es importante para mantenerlos en buen estado. Sin embargo, ¿sabías que el estado de los pies de una persona puede proporcionar información sobre su salud? Las personas mayores deben vigilar las uñas de los pies, ya que la decoloración, las astillas o los cambios de forma (por ejemplo, abolladuras y surcos en el lecho ungueal) pueden significar problemas mayores. Las personas mayores que padecen diabetes corren un riesgo especial de sufrir problemas en los pies. La Asociación Americana de la Diabetes señala que la diabetes puede dañar las terminaciones nerviosas de los pies, reduciendo la capacidad del individuo para discernir si sus pies están calientes o fríos. También puede provocar una pérdida de sensibilidad que puede causar lesiones. El flujo sanguíneo deficiente también es común en las personas mayores y puede causar problemas en los pies, por lo que revisar los pies semanalmente es una parte importante del control de su salud general.
¿Qué debo hacer para cuidar mis pies?
Mantener la hidratación puede ayudar a las personas mayores a reducir la sequedad y el picor que suele producir el invierno y el uso constante de calcetines y zapatos. Córtese o límese las uñas de los pies cuando estén tan largas que le molesten o puedan engancharse en los calcetines. Aplique una loción antes de acostarse y añada calcetines para mantener la humedad durante la noche. Espera siempre a ponerte los zapatos hasta que los pies se hayan secado después de la ducha o el baño. Si tiene callos y durezas, considere la posibilidad de acudir a un podólogo que pueda eliminarlos. Estas afecciones de la piel pueden ser dolorosas y hacer que caminar sea una experiencia desagradable, por lo que es importante controlarlas. También puede considerar tomar un baño de pies con agua caliente y sales de Epsom para aliviar el dolor de la artritis y relajarse.
¿Qué pasa si no puedo cuidar de mis propios pies?
Es posible que no pueda agacharse para abordar adecuadamente el cuidado de los pies. En este caso, pida a un amigo o familiar que le ayude. Muchas comunidades de vida asistida ofrecen ayudantes de higiene personal o incluso tienen un podólogo que pasa por allí regularmente para asegurarse de que los residentes reciben los cuidados que necesitan. Estas personas pueden cortar las uñas, limar los bordes afilados, pulir los callos y proporcionar otros cuidados relacionados con los pies. Los podólogos pueden ofrecer información sobre cualquier dolor de pies o problemas nerviosos que pueda tener, así que asegúrese de hablar con uno si tiene alguna preocupación. Si experimenta un flujo sanguíneo deficiente en las extremidades, alguien puede darle un masaje en los pies. Esto restablecerá el flujo sanguíneo y también devolverá el calor a tus pies. Preste siempre más atención a sus pies cuando haga frío y vístase adecuadamente para evitar las congelaciones.