Un hombre de Des Moines cuya reciente operación de 47 horas por un defecto congénito en las arterias batió un récord mundial, fue catalogado en condición estable.

James Boydston, de 24 años, fue operado en el Hospital de la Administración de Veteranos y los médicos y familiares describen su recuperación como un «milagro.»

El médico de Boydston, el doctor Dennis McDonnell, dijo que su paciente tenía un defecto congénito en las arterias, que se descubrió a finales de mayo en el Centro Médico de Broadlawn en Des Moines.

Cuando Boydston fue trasladado a la ciudad de Iowa, se le dijo que sin la larga intervención quirúrgica quedaría ciego en cuatro meses y probablemente moriría de un derrame cerebral. También se le advirtió que tenía al menos un 10% de posibilidades de morir en la mesa de operaciones. McDonnell dijo que la operación comenzó a las 7 de la mañana del 15 de junio y que los médicos preveían que duraría 14 horas. Sin embargo, surgieron complicaciones porque cada vez que se reparaba una arteria, se reventaba otra. La operación finalizó a las 6 de la mañana del 17 de junio.

Boydston estuvo inconsciente durante una semana. Unos siete días después, pudo mover los dedos del pie izquierdo y guiñar un ojo a los familiares que estaban cerca.

La operación se considera la más larga jamás realizada. El récord anterior era de 31 horas, establecido en 1972 en San Diego, California.