Ayer, la revista People publicó la dieta y la rutina de entrenamiento de Kate Upton. Ben Bruno, su entrenador personal, atribuye a un régimen conocido como «sobrecarga progresiva» no sólo la tonificación de todo su cuerpo, sino también su pérdida de peso bastante significativa.

Bruno dice que la transformación de su cuerpo es una mejora general (que sin duda lo es, si sus abdominales de tabla de lavar y sus brazos tonificados son una indicación), pero me pregunto cómo se siente Upton sobre el hecho de que su cuerpo tenía que ser «mejorado» en absoluto.

No sé si ustedes recuerdan cómo era Kate Upton antes, pero ella era, como la industria le gusta decir, en el lado «curvier». Como figura pública abierta, era conocida por abrazar sus curvas y crecer en ellas incluso en una industria que capitaliza una estricta medida de altura y peso. Ya en 2012, Upton confesó que no odiaba su cuerpo, a pesar de que los críticos de la industria del modelaje opinaban lo contrario.

En respuesta a un blog pro-anorexia llamado skinnygossip.com que llegó a escribir un post entero sobre cómo ella está «bien formada» (sea lo que sea que signifique eso), dijo,

No voy a morirme de hambre sólo para estar delgada.

Ahora, apoyo a cualquiera que esté dispuesto a tomar decisiones de estilo de vida más saludables. Yo mismo me apunto a un estilo de vida de ejercicio y alimentación limpia. Pero a decir verdad, estoy decepcionado. No tanto por la propia modelo de Sports Illustrated, sino por la industria del modelaje. Mi temor es que se sintiera presionada por los trolls de internet, por su management, por los altos cargos de la industria, por sus compañeras modelos o por todo lo anterior.

Si Upton cambió de opinión sobre lo que sentía por su cuerpo desde aquella entrevista de 2012, eso es una cosa. Pero me entristecería que sintiera que no puede mantenerse fiel a sí misma y a sus ideales corporales personales sólo porque alguien le dijo que no era lo suficientemente buena. Cualquiera que haya sido acosado por su aspecto físico teme demasiado bien la presión de cambiar.

Upton era más o menos un faro de esperanza para las mujeres con más curvas que buscan avanzar en el mundo del modelaje. Las mujeres así son escasas y poco frecuentes. Realmente sólo hemos oído hablar de Kate Upton y Chrissy Teigen como dos mujeres que han desafiado con éxito las normas corporales de las modelos y lo han «conseguido» profesionalmente.

Todo lo que digo es que, en un mundo lleno de Kendalls, Gigis y Heidis, Upton fue un soplo de aire fresco. Pero si ella es feliz con su nuevo cuerpo, supongo que eso es lo único que importa.