Cien pacientes consecutivos que tenían 35 años o menos se sometieron a una arteriografía coronaria tras un infarto de miocardio clínico. El 92% eran hombres. Se identificaron cuatro subgrupos distintos: Noventa y cuatro pacientes (78%) tenían una enfermedad arterial coronaria significativa (estrechamiento del diámetro de al menos una arteria coronaria principal superior al 50%), 20 (17%) tenían arterias coronarias normales, 5 (4%) tenían anomalías arteriales coronarias principales y 1 paciente tenía arteritis coronaria. De los pacientes con enfermedad coronaria obstructiva, los factores de riesgo eran el tabaquismo en el 89%, los antecedentes familiares positivos de enfermedad coronaria en el 48%, la hipertensión en el 21% y los antecedentes de anomalías lipídicas en el 20%. Los factores de riesgo eran claramente menos frecuentes en los grupos sin aterosclerosis coronaria. En el grupo con enfermedad arterial coronaria, la tasa de prevalencia de la enfermedad de uno, dos y tres vasos fue del 32, 26 y 42 por ciento, respectivamente. Las anomalías arteriales coronarias incluían el origen anómalo de la arteria coronaria izquierda a partir de la arteria pulmonar (tres pacientes) y una sola arteria coronaria derecha y una sola arteria coronaria izquierda (un paciente cada una). Se concluye que el infarto de miocardio antes de los 36 años es una enfermedad de hombres que fuman y que suelen tener antecedentes familiares de enfermedad coronaria prematura. El 22% de los pacientes tendrán arterias coronarias normales, anomalías arteriales coronarias o vasculitis coronaria. La arteriografía coronaria debe considerarse para los pacientes que sufren un infarto de miocardio antes de los 36 años con fines de diagnóstico, gestión y pronóstico.