Hydrox (gas respirable)
Aunque el primer uso del hidrógeno del que se tiene noticia parece ser el de Antoine Lavoisier (1743-1794), que hizo respirar a cobayas, los primeros usos reales de este gas en el buceo suelen atribuirse a los ensayos realizados por el ingeniero sueco Arne Zetterström en 1945.
Zetterström demostró que el hidrógeno era perfectamente utilizable a grandes profundidades. Tras un fallo en el uso del equipo de superficie, murió durante una inmersión de demostración. El estudio del hidrógeno no fue retomado hasta varios años después por la Marina de los Estados Unidos y por la Compagnie maritime d’expertises (Comex), inicialmente durante sus experimentos Hydra I e Hydra II, en 1968 y 1969. Posteriormente, Comex desarrolló procedimientos que permitían realizar inmersiones entre 500 y 700 metros de profundidad, respirando mezclas de gases a base de hidrógeno, denominadas hydrox (hidrógeno-oxígeno) o hydreliox (hidrógeno-helio-oxígeno).
Inmersiones conmemorativasEditar
En julio de 2012, tras cerca de un año de preparación y planificación, los miembros de la Sociedad Histórica de Buceo de Suecia y el Club de Buceo del Real Instituto de Tecnología, realizaron una serie de inmersiones con hidrox en memoria de Arne Zetterström, que murió accidentalmente durante el ascenso de su inmersión récord utilizando hidrox en agosto de 1945. Las inmersiones conmemorativas se realizaron utilizando la misma mezcla respiratoria de 96% de hidrógeno y 4% de oxígeno que desarrolló y probó Zetterström en la década de 1940. Las inmersiones se realizaron a una profundidad de 40 metros (130 pies), lo suficientemente profunda como para poder utilizar la mezcla de gas sin oxígeno. El jefe del proyecto, Ola Lindh, comentó que para repetir el récord de Zetterström el equipo tendría que hacer una inmersión a 160 metros (520 pies), e incluso hoy en día una inmersión a esa profundidad se considera extrema.