«Siempre fue un sueño de la infancia ser médico, pero después de mucha investigación en el sexto curso elegí estudiar medicina porque parecía una vocación que se adaptaba a mi personalidad. El cuidado de los pacientes como personas es la esencia de la medicina, y es un gran privilegio poder ayudar a la gente cuando es más vulnerable. La ética de la medicina también me atraía; quería una carrera altruista en la que la integridad fuera importante.

«Además, siempre me ha interesado la salud y las causas de la enfermedad, por lo que sabía que la medicina me resultaría intelectualmente gratificante. Me gustan las personas, así que sabía que me gustaría trabajar en equipo con otros profesionales para tratar a los pacientes. La medicina es una carrera relativamente segura, que ofrece multitud de áreas de trabajo diferentes, incluidas las oportunidades de trabajar en el mundo en desarrollo.

«Estoy muy contenta de estudiar medicina y me entusiasma la idea de acabar ejerciendo como médico, pero la medicina no es para todo el mundo. Cuidar de los enfermos no suele ser glamuroso y los pacientes no siempre son complacientes y agradecidos: la decisión de ser médico tiene que ser propia.» (Stuart, Manchester)

«La carrera de medicina siempre ha estado en mi mente, puede que no haya llegado a ella de la manera ortodoxa, dejando la escuela y dirigiéndose directamente a la facultad de medicina, pero finalmente lo he conseguido»

«Después de la escuela fui a la universidad para estudiar biología tanto a nivel de licenciatura como de máster. En mi escuela no era el tipo de estudiante que se consideraba lo suficientemente bueno desde el punto de vista académico para estudiar medicina. Me gustó la carrera, pero sabía que una carrera de investigación biológica no era para mí, y al terminar mi tesis empecé a trabajar en una empresa farmacéutica como representante de ventas. Disfruté de mi trabajo, que era sencillo, social y bien pagado; era una función que podía desempeñar bien, pero no era en absoluto lo que me veía haciendo el resto de mi vida laboral. Después de muchos debates y consejos, no tenía nada que perder al hacer un gran esfuerzo para entrar en la facultad de medicina. El único trabajo que sabía que quería hacer era la medicina. Conseguí una plaza en un curso de acceso a la medicina, lo que me hizo recuperar el ritmo de los estudios, y a partir de ahí conseguí una plaza en la facultad de medicina. Recibir la carta de aceptación fue un día muy emotivo y que cambió mi vida. Un día que nunca olvidaré.

«Estudiar medicina es un privilegio, para mí la medicina es la carrera definitiva. ¿Qué otra carrera se puede elegir que ofrezca una estimulación mental constante, una oportunidad continua de aprender y progresar, un trabajo flexible y un salario decente? Pero lo más importante es que una carrera de medicina te permite ayudar a la gente, ser respetado por los demás y sentir una satisfacción laboral que es imposible sentir en muchas otras carreras. Las oportunidades son infinitas y las posibilidades de elección muy amplias, pero esto conlleva una gran responsabilidad para con los pacientes, la población en su conjunto y el equipo en el que se trabaja.

«Además, puede que el NHS reciba mucha prensa sobre su situación, pero en un momento en el que se está despidiendo a mucha gente, los médicos siguen teniendo la misma demanda. Tuve que reflexionar mucho sobre la viabilidad de estudiar medicina a los 27 años, aunque los puestos de trabajo no están garantizados siguen estando fácilmente disponibles.» (Kate, Brighton)