Las condiciones de las granjas industriales están muy lejos de las felices escenas de corral que se ven en las cajas de huevos o en los anuncios de televisión. Las unidades industriales modernas existen para producir carne y productos lácteos de la forma más rápida y barata posible, y los animales reciben lo mínimo necesario para sobrevivir. Hacinados en cobertizos apestosos, la mayoría nunca vagará libremente, ni respirará aire fresco ni verá la luz del día. Muchos morirán incluso antes de salir de la granja, víctimas de las terribles condiciones en las que viven; y al resto le espera una muerte aterradora y sangrienta en el matadero.

Pero el sufrimiento de los animales no se limita a las granjas industriales; los animales de las llamadas granjas de «mayor bienestar» también sufren. Animal Aid ha investigado granjas y mataderos británicos, incluidos los denominados establecimientos de «alto bienestar» y «de corral», y ha revelado un sufrimiento y un maltrato animal espeluznantes.

Los pollos macho de las gallinas ponedoras, por ejemplo, son sacrificados con sólo un día de vida simplemente porque nunca pondrán un huevo y no ganarán peso lo suficientemente rápido para la producción de carne. Esto ocurre independientemente de si la granja es intensiva, de corral o ecológica. Y una vez que las gallinas ponedoras han dejado de ser rentables, son enviadas al matadero.

En las granjas lecheras, las vacas madre suelen ser preñadas a la fuerza, y los terneros son separados de sus madres poco después de nacer para que la leche destinada a ellos pueda ser embotellada para el consumo humano. De nuevo, esto ocurre en todas las granjas, independientemente del nivel de bienestar, y esas vacas madre son enviadas al matadero cuando ya no son rentables.

Los peces son arrastrados fuera del agua en enormes redes del tamaño de un campo de fútbol. Los animales que no son objeto de la pesca, como los delfines, las ballenas y las tortugas, a menudo quedan atrapados y mueren también. Otros peces, como el atún, son arponeados con anzuelos en el extremo de largas líneas y arrastrados lentamente hasta su muerte. Algunas aves marinas corren cada vez más peligro de morir de hambre a medida que disminuye su fuente de alimento: el pescado. Y las vidas de los peces de piscifactoría son igual de terribles; miles de peces se ven obligados a vivir en condiciones de granja industrial, donde abundan las enfermedades y la crueldad.

Los animales son tratados por las industrias agrícolas y pesqueras como si fueran máquinas insensibles, vivas sólo para generar el máximo beneficio. Pero cada pez, pollo, cordero, vaca o cerdo es un ser sensible capaz de experimentar dolor, miedo, incomodidad y angustia.

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