Gota: ¿Otra área para los ácidos grasos Omega-3?

Nov 28, 2021
admin

La «enfermedad de los reyes» puede ser un dolor real.
La gota es una enfermedad centenaria que a menudo se asociaba con excesos que sólo un rey podía permitirse: comida y vino. Ahora, es una enfermedad del hombre común ligada fuertemente a la obesidad, la hipertensión, la hiperlipidemia y la diabetes.
Debido a la acumulación de ácido úrico en el cuerpo, los cristales de urato se depositan en las articulaciones, causando la gota. Un signo distintivo es la inflamación intensa, normalmente en el dedo gordo del pie.
A veces, los pacientes afectados tienen dificultades para tolerar los tratamientos contra la gota, por lo que los médicos deben individualizar el tratamiento de cada paciente con una combinación de cambios en el estilo de vida y medicación.
Un grupo de investigadores propuso recientemente un enfoque novedoso para el tratamiento de la gota en la edición de abril de 2016 de Annals of the Rheumatic Diseases. Plantearon la hipótesis de que los ácidos grasos omega-3 podrían prevenir los ataques agudos de gota gracias a sus efectos antiinflamatorios.
El estudio evaluó a 112 hombres, y los investigadores establecieron 2 brazos:
– 31 pacientes en el brazo de casos habían tenido 2 o más ataques de gota en el último año
– 81 pacientes en el brazo de control tenían menos de 2 ataques de gota
Los investigadores evaluaron las características basales de todos los pacientes y compararon la edad, el índice de masa corporal, los tofos, el ácido úrico sérico, el tratamiento y la duración de la enfermedad con los niveles séricos de ácidos grasos omega-3 de los pacientes.
Los participantes que declararon más de dos ataques agudos de gota en el último año tenían niveles más bajos de ácidos grasos omega-3. Esto sugiere que la administración de suplementos de ácidos grasos omega-3 podría ayudar a reducir el riesgo de ataques de gota.
Este estudio tenía muchas advertencias, incluido el hecho de que los ataques de gota eran autodeclarados y la muestra era muy limitada. Los investigadores no tuvieron en cuenta los factores de riesgo relacionados con la dieta y el estilo de vida, por lo que existe la posibilidad de que haya factores de confusión y un sesgo de autoinforme. Su análisis retrospectivo tampoco puso a prueba los efectos de los suplementos de ácidos grasos omega-3; sólo identificó una correlación de los niveles séricos de ácidos grasos omega-3 deprimidos con los ataques de gota.
Los autores reconocieron que se necesitan más estudios para confirmar la asociación. Aun así, sus resultados plantean un interesante potencial de suplementación terapéutica para el tratamiento eficaz de la gota.

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