Gané 14 veces la carrera de resistencia de 100 millas de los Estados del Oeste
La corredora: Ann Trason
Edad: 54
San Francisco, CA
De niña, tenía una tonelada de energía con la que mis padres no sabían qué hacer. Así que no es de extrañar que, cuando mi padre vio en el periódico un anuncio de un club de atletismo, me inscribiera, con la esperanza de que correr sirviera para quemar mi exceso de energía. No tenía ni idea de que esa decisión cambiaría el curso de mi vida para siempre.
Cuando empecé a correr, me encantaba el aspecto social de estar en un equipo. Correr era el momento en que podía estar con mis amigas, divertirme y esforzarme. Me sentía viva cuando corría, siempre buscando el siguiente reto.
A los 24 años, después de terminar un medio triatlón Ironman, estaba leyendo la revista Competitor y vi un anuncio de la American River 50-Miler. Me inscribí y me presenté el día de la carrera para ver a una triatleta profesional a la que había admirado haciendo cola junto a mí. Me miró, hizo una mueca y me dijo: «Pareces un conejo». Me quedé de piedra. Herida por los sentimientos, me dije a mí misma: «O mueres en este sendero o le ganas». Aunque las temperaturas sofocantes hicieron que las condiciones fueran duras, no sólo la superé a ella, sino a todo el grupo, y establecí el récord de la carrera en el proceso.
Continué con las carreras de ultrafondo después de ese día y finalmente encontré mi camino hacia la famosa carrera Western States 100. En mis dos primeros intentos, tuve que abandonar. Cometí todos los errores posibles y tuve problemas de articulaciones y deshidratación. Pero a la tercera fue la vencida. Finalmente terminé y gané la carrera.
Volví a la Western States 100, la gané 14 veces y mantuve un récord del recorrido de 17:37:51 durante 18 años (hasta 2012, cuando Ellie Greenwood batió mi récord). Aunque mis días de competir en esta prueba hayan desaparecido, el recorrido ocupa un lugar mágico en mi corazón. Por esa razón vuelvo cada año, pero ahora corro para ayudar a otros corredores. Ya sea marcando el ritmo a un amigo o apareciendo el día de la carrera para ayudar a marcar el ritmo a corredores que aún no conozco, es la camaradería que sentí de joven, y que aún siento, lo que me hace desear más.
Juegos de la mente
¿Cómo te haces a la idea de una carrera de 160 kilómetros? Trason explica: «Cuando estoy corriendo una carrera, hago muchos juegos en mi mente. Me gusta pensar en los kilómetros como edades. Cuando corro una carrera de 100 millas, sé que si me cuido bien en el punto de las 50 millas, o edad media en mi juego, podré disfrutar de una buena jubilación, después de la milla 62, y tener una buena carrera hasta el final»
Correr me ha enseñado que sólo yo puedo determinar mi éxito. No dejo que otros definan mis logros, sino que corro para ser mejor yo. Tengo la suerte de haber descubierto mi pasión, de haber ido a por ella y de haberme encontrado a mí misma por el camino.
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