Fasciculaciones sin fibrilaciones: el dilema del diagnóstico precoz
El reto de identificar a los pacientes en la fase más temprana de la enfermedad ha puesto de manifiesto el papel de los marcadores sutiles de la patología clínica. Los cambios electrofisiológicos suelen preceder a la evidencia de debilidad clínica y, por lo tanto, han sido implicados. En concreto, se ha sugerido que la aparición de fasciculaciones, en particular las de distribución generalizada, en ausencia de potenciales de fibrilación, es un indicador temprano de la enfermedad de la motoneurona. Destacan los casos en los que las fasciculaciones difusas no fueron suficientes para implicar con precisión los criterios de diagnóstico actuales de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). En dos casos, se acabaron apoyando diagnósticos alternativos. Si el propósito del diagnóstico precoz es conducir a un tratamiento temprano con terapia experimental, debemos estar seguros de estudiar una población de pacientes lo más homogénea posible. Las fasciculaciones por sí mismas no son suficientes para implicar un diagnóstico precoz; la progresión de la enfermedad es probablemente la característica histórica más importante para el diagnóstico. Los signos de denervación activa (es decir, los potenciales de fibrilación) son fundamentales. La debilidad crónica debe ser proporcional a Varios casos se presentarán aquí a la atrofia o a los signos de la neurona motora superior en el músculo afectado. Esto debería ser así tanto en el reconocimiento temprano como en el tardío de la enfermedad. (ALS 2000; 1 (suppl 1): S53-S56).