La superficie celular es el locus de muchas funciones bioquímicas importantes de las células y de las interacciones de éstas entre sí y con su entorno. La estructura de la superficie celular puede considerarse de tres capas, con una membrana plasmática central a la que se adhieren ciertos componentes macromoleculares en la cara externa (el exoesqueleto) y otros componentes en la cara interna (el citoesqueleto de la membrana). En la última década se ha dilucidado la estructura molecular básica de la membrana plasmática, que puede representarse mediante el modelo de mosaico fluido como primera aproximación. La unión de proteínas integrales específicas de la membrana a proteínas periféricas individuales fuera o dentro de la célula es muy probablemente la base de la estructura de tres capas de la superficie celular. Los estudios de los últimos años sobre las estructuras moleculares de estas superficies celulares de tres capas de fibroblastos normales cultivados y de fibroblastos transformados por virus oncogénicos están empezando a arrojar luz sobre los mecanismos moleculares responsables de los cambios en la forma de la célula, la adhesividad y la inhibición de la motilidad por contacto asociados a la transformación neoplásica.