Escúchame

A estas alturas de tu vida, probablemente te hayas encontrado en ocho o diez «cosas». Situaciones, relaciones, como quieras llamarlas. Alguien menciona uno de sus nombres y te apresuras a referirte a él como tu «ex», pero en realidad no lo es; sólo es un nombre más en la lista de sexo de la sección de notas de tu teléfono. (No hay que ser tímido al respecto. Todos tenemos uno.)

Pero piensa en el instituto, antes de que brillaras con todo tu potencial. Sabías que el resplandor estaba por llegar, pero mientras tanto te conformabas con ese doble de Ed Sheeran en tu laboratorio. De repente, pasaron cinco meses y llegó el momento de ir a la universidad. Te pusiste mechas, te bronceaste con spray y te dirigiste a convencer a todo el mundo de que tu nivel de exigencia había sido siempre tan alto.

Pero nunca volverías a ser tan feliz. Según un nuevo estudio, las mujeres somos más felices cuando salimos con personas que consideramos «menos atractivas» que nosotras mismas.

Llevado a cabo por investigadores de la FSU, hicieron a 113 participantes -todos ellos parejas- una serie de preguntas sobre las opciones de estilo de vida, las emociones que rodean su relación actual y la felicidad general. A continuación, se calificó a cada participante en función de su atractivo facial y corporal, y el estudio descubrió que las mujeres más felices eran las que salían con hombres calificados como «menos atractivos» que ellas.

Sorprendentemente, los hombres estaban muy cerca, y gran parte de su felicidad se debía a lo atractiva que era la mujer con la que mantenían una relación. No es de extrañar que sean vanidosos en este sentido, pero al final supongo que a todos les sale bien. Nosotros somos más felices saliendo con alguien menos atractivo, y ellos son más felices saliendo con alguien más atractivo. O quizás es que nos gusta que nos adoren.

De cualquier manera, no necesitas salir con el próximo Brad Pitt para ser feliz, puedes conformarte con su hermano más humano, Doug.