Si le preguntas a Leon Phelps – alias el «Ladies Man» – sobre el ingrediente más esencial para el amor, Courvoisier será su respuesta siempre. Como él mismo dijo con su característico ceceo, «normalmente sólo me hace falta una botella de Courvoisier y algo de Lou Rawls para excitarme, ¿sabes?». El alcohol, y el vino tinto en particular, está catalogado como uno de los diez mejores afrodisíacos para el amor, pero si te pasas un poco, el alcohol puede pasar de ser bueno para el apetito sexual a ser malo muy rápidamente; no finjas que eres el único que no ha tomado unas cuantas veces de más y luego ha tenido un revolcón no muy divertido en las sábanas. ¿Cuál es la dosis ideal para el amor? Permítanos recetársela.

Cuando tomamos un sorbo de alcohol por primera vez, los efectos iniciales del alcohol como uno de los mayores lubricantes sociales del mundo comienzan a hacerse sentir. Nos sentimos más sueltos, más abiertos y, a menudo, mucho más relajados. Este es el valor líquido del que tanto se habla, y es la razón por la que muchos de nosotros parecemos tener más éxito cuando conocemos a alguien en un bar. En esta fase inicial, nos sentimos más seguros para arriesgarnos, lo que incluye hablar con esa persona atractiva del otro lado de la habitación.

Es a partir de una o dos copas, cuando la mayoría de la gente dice sentir más placer. El alcohol estimula los receptores de nuestro cerebro, y a una o dos copas, ese ligero zumbido y la sensación de calor no se ven abrumados por las sensaciones de mareo, náuseas e incluso depresión, que pueden aparecer después de consumir una buena cantidad. También es en este nivel ligero de ingesta de alcohol cuando es más probable que rindamos al máximo – beber y conducir no es lo único que debes evitar cuando estás borracho.

Y aunque todo el alcohol con moderación ayuda un poco cuando se trata de placer y deseo sexual, ninguno tiene más beneficios que el vino tinto, tanto para los hombres como para las mujeres. En el caso de las damas, el vino tinto hace que el deseo sexual sea aún más pronunciado que con otras bebidas, al menos según un grupo de investigadores italianos que descubrieron que los compuestos del vino realmente aumentan los niveles de deseo sexual en el sexo débil. Los investigadores descubrieron que el vino tinto aumentaba específicamente el flujo sanguíneo a las zonas erógenas de las mujeres, lo que a su vez provocaba un aumento de los niveles de deseo. Sin embargo, los investigadores se apresuraron a señalar que después de más de una o dos copas, los demás efectos del alcohol empezaban a hacer acto de presencia, lo que conducía a una experiencia menos placentera. La moderación, al parecer, es la clave.

Para los hombres, no sólo una o dos copas aflojan las cosas y aumentan el flujo sanguíneo a las zonas esenciales, sino que el vino tinto también parece aumentar los niveles de testosterona en la sangre, una hormona necesaria cuando se trata de la excitación sexual masculina y el «apetito». Normalmente, el cuerpo de un hombre se deshace de la testosterona cuando una enzima llamada UGT2B17 une moléculas específicas a la testosterona, lo que permite al cuerpo identificarla y deshacerse de ella a través de la orina. Pero al consumir una copa de tinto, un compuesto del vino llamado quercetina bloquea eficazmente la UGT2B17, impidiendo que el cuerpo la excrete y aumentando así los niveles de testosterona en la sangre. Sin embargo, al igual que en el caso de las mujeres, unas cuantas copas de más y todo el alcohol, incluido el vino tinto, puede tener el efecto contrario, bajando la testosterona y disminuyendo el deseo sexual.

Así que cuando se trata de alcohol y sexo, la mejor receta es abrir y compartir una botella de tinto con tu pareja. Es la cantidad perfecta para que cada uno se tome dos copas y experimente los efectos positivos que la combinación de vino y sexo puede proporcionar, con una menor probabilidad de los negativos.