El gato expresivo

Jul 31, 2021
admin

El frenético horario de la vida universitaria hacía imposible que Julie cuidara de una mascota propia. Pero cuando se graduó, consiguió un trabajo y se mudó a su propio apartamento, decidió felizmente adoptar su primer gato, un joven adulto atigrado llamado Bucky. Rescatado de un entorno de acaparamiento, Bucky había estado sometido a muchos otros gatos, algunos amistosos, otros no. Aunque en general era amistoso, su imprevisible entorno social le obligaba a utilizar una letanía de expresiones felinas instintivas; señales físicas, faciales y vocales para indicar a otros gatos cuál era su estado de ánimo: si se sentía seguro, en peligro, asustado, feliz o agresivo. Estos modos naturales de comunicación felina eran bien practicados por Bucky cuando Julie lo llevó a casa; todo lo que Julie necesitaba hacer era aprender a hablar el mismo lenguaje.

¡Los gatos no hablan perro!

Al principio, Bucky parecía feliz y curioso. Pero cuando Julie comenzó a jugar robustamente con él, sus instintos felinos se activaron. Interpretando el movimiento de la cola y las miradas deliberadas de advertencia como signos de voluntad de jugar, le dio un vigoroso roce a dos manos y fue recompensada con un mordisco en la mano.

Muchos amantes de las mascotas no entienden del todo la comunicación de los gatos. Julie adivinó que la cola erguida y vacilante de Bucky significaba, como en los perros, que le apetecía jugar enérgicamente. Pero, por el contrario, la cola agitada de un gato suele denotar preocupación. Del mismo modo, aunque las orejas aplanadas en un perro suelen denotar sumisión o conformidad, en un gato suelen indicar miedo y un posible ataque ofensivo. (Por el contrario, un perro asustado con las orejas aplanadas puede morder a la defensiva, pero la mayoría de las veces no se esforzará por provocar una agresión). La diferencia entre las expresiones normales de los gatos y la forma en que se comunican otras especies puede crear estragos en un hogar, por lo que hay que asegurarse de que todas las mascotas se sientan cómodas entre sí antes de dejarlas solas juntas.

¿Por qué hablar gato?

El estado de ánimo y las intenciones de un gato pueden predecirse a menudo mediante posturas corporales, expresiones faciales y señales vocales específicas. Aprender cuáles son éstas puede ser la clave para prevenir la agresión o la ansiedad y para construir un vínculo más profundo y cariñoso con su gato. Además, podrá discernir cómo se siente su gato respecto a su entorno, su familia y sus amigos. Pero para ello, primero debe saber en qué fijarse.

El relato de la cola

La cola, concretamente sus movimientos y posición, es quizá la parte más expresiva de un gato y la clave para descifrar su estado de ánimo, su actitud y su nivel de comodidad. Una cola que se mantiene alta y firme generalmente denota un gato feliz y confiado. Un balanceo relajado y fácil en este punto puede denotar una actitud juguetona y sociable. Sin embargo, si una cola alta se mueve de un lado a otro, lo más probable es que el gato se sienta preocupado, a la defensiva o incluso agresivo. Si su gato mantiene la cola entre las piernas, puede estar preocupado e inseguro, mientras que una cola baja y agitada suele indicar que se acerca el acecho. Y si te envuelve con su cola, está feliz y contento de que estés cerca.

La mirada de una cara

Dicen que una cara nunca miente. No es así con las expresiones de los gatos, cuyos bonitos rasgos faciales desmienten lo que ocurre en su interior. Por ejemplo, en contra de lo que se espera (al menos para los que aún no son expertos en la lectura de «gato»), una mirada entrecerrada significa que su gato está contento y confiado, mientras que una mirada con los ojos muy abiertos y las pupilas dilatadas indica que su gato está tenso y tal vez en modo defensivo. Una mirada fija denota un sentimiento de amenaza o una mentalidad de caza. Y si ve una boca abierta con la respiración agitada y los dientes visibles, ¡será mejor que le dé a su gato un poco de espacio para respirar!

Posturas del cuerpo

El movimiento y la posición del cuerpo de su gato es un importante indicador de la disposición felina. Por ejemplo, el acecho -un avance lento y metódico- es depredador y puede significar un juego agresivo o un movimiento ofensivo. Pero si se tumba de lado, se sienta o descansa sobre el vientre, su gato se siente confiado y seguro. Una espalda arqueada con el pelaje plano también denota comodidad. Sin embargo, si a la postura arqueada se le añade un pelaje levantado, el estado de ánimo cambia a ansioso y a la defensiva. Si su gato se mantiene erguido e inmóvil, probablemente esté alerta ante una posible preocupación. ¿Agachado, concentrado y tenso? Está preparado para actuar. ¿Si se arquea, retrocede y agita la cola? Cuidado!

Una postura panzuda puede significar que está jugando, pero también puede significar que se siente amenazada. Determinar cuál es depende del contexto de la situación: si se pone panza arriba en respuesta a un juego brusco, o a la presencia de un perro o un gato, podría significar que se avecina una pelea. Un gato panza arriba puede hacer mucho daño con sus garras, sobre todo con las de la espalda, sin ceder territorio ni gastar mucha energía. ¿Alguna vez ha hecho que su gato le frote la cabeza y el cuerpo o ha visto cómo lo hace con los muebles? Esta maniobra, aunque amistosa, es en realidad un comportamiento de marcaje, su forma de decir «¡esto es mío!». El amasamiento, sin embargo, es un comportamiento propio de los gatitos, un remanente de la lactancia. Significa que su gato cree que usted es su mami, una gran posición para estar en ella.

Orejas

Las orejas aplanadas generalmente significan que su gato se siente amenazado de alguna manera. Las orejas erguidas y firmes significan que se siente feliz, alerta o simplemente curioso. Unas orejas agitadas y nerviosas denotan cierta energía nerviosa o un movimiento defensivo posterior. Los gatos que están de caza también mueven las orejas de un lado a otro para localizar a su presa.

Voz

Las vocalizaciones de su gato pueden decirle mucho sobre su estado de ánimo y su intención. Los maullidos, por ejemplo, son una comunicación casi exclusiva entre gatos y humanos; los maullidos entre gatos suelen verse sólo entre gatitos y adultos. Aunque suele ser indicativo de buen humor, el maullido incesante puede significar que su gato quiere algo: comida, atención, acceso al exterior o cualquier otra cosa que desee pero que se le niegue. El ronroneo significa «estoy cómodo, seguro y feliz». Deléitese con él, ya que significa que le quieren y confían en él. Un siseo, un escupitajo o un gruñido, sin embargo, significa: «¡Aléjate, amigo, estoy listo para pelear!». Los gruñidos suelen reservarse para las agresiones entre gatos o son indicativos de un evento de apareamiento.

Manejo

De la mano de la comprensión del lenguaje corporal de su gato debería estar la percepción de cómo y cuándo manejar a su gato. Siempre que sea posible, debería hacerse en los términos del gato y no en los suyos. Esto significa no agarrarlo y obligarlo a aceptar las caricias. Aunque habrá momentos en los que la manipulación será crucial para el bienestar de su gato (aseo, examen, tratamiento de heridas), intente elegir momentos en los que esté abierto o incluso deseoso de contacto. Cuando se acerque a ti y te golpee con la cabeza, es una señal; está diciendo «acaríciame, tonto». Aprovecha ese momento para acariciarla, mientras la revisas casualmente. Y, cuando se haya cansado y se vaya, acéptalo. Si siempre dejas que sea ella la que determine estas interacciones físicas, desarrollarás una relación mucho más confiada con ella.

Las patas son una zona sensible, ya que son cruciales para la supervivencia del gato, así que sé casual y fugaz con ellas. El corte de uñas debe hacerse desde que es un gatito de forma rápida y competente, quizás una pata por sesión, con horas de por medio. Proporcionar a su gato varios postes de sisal para rascar no sólo protege sus muebles, sino que también ayuda a su gato a mantener las uñas cortas y en buena forma.

Tocar la cabeza de su gato suele estar bien, especialmente si él ha provocado la interacción. Sin embargo, hágalo con suavidad; recuerde que no es un perro cobrador. Manipular la barriga de un gato suele estar prohibido, a menos que a su gato le guste. Puede iniciar un ataque con las patas, así que hágalo fugazmente y sólo si le gusta.

Evite manipular su cola excepto en momentos fugaces, como cuando la envuelve alrededor de su pierna en un gesto de afecto. Los gatos utilizan su cola para equilibrarse y pueden ser muy protectores con ella, por lo que hay que ir con cuidado.

El acicalamiento, especialmente en el caso de los gatos de pelo largo, debe iniciarse en los primeros años de vida del gato. Las sesiones cortas deberían ir seguidas de una recompensa y quizás de una sesión de juego. Unas pinceladas fáciles con el cepillo o el peine, combinadas con una charla suave y una o dos golosinas pueden hacer que estas sesiones sean divertidas y ayuden a crear un vínculo aún más estrecho. Durante el acicalamiento o la manipulación, eche un vistazo rápido a sus orejas y a su boca. Haga que esto forme parte del proceso de acicalamiento. Pero tenga cuidado con los gatos rescatados de más edad, ya que no le conocen desde que eran gatitos y no tendrán el mismo nivel de confianza. Recuerde que para un gatito usted es la madre, pero para un gato rescatado mayor, usted es sólo un amigo.

Cuando los invitados lo visiten, haga que sean pasivos con respecto a la interacción con su gato. Deje que ella determine el nivel de interacción. Muchos gatos serán al principio distantes con los extraños; respete esto, para que eventualmente pueda aprender a confiar en ellos también. Asegúrese de que nunca jueguen de forma brusca con él; haga que utilicen juguetes provocadores, bolígrafos láser u otros juguetes al principio en lugar de pasar directamente a la manipulación, a menos que su gato pida abiertamente que lo toquen.

Al comprender el lenguaje corporal de su gato y dejar que sea él quien determine cuándo, dónde y durante cuánto tiempo interactúan, creará un vínculo con él que durará años y hará que la asociación sea especial. Se convertirá en un felino fluido y sabrá instintivamente cuándo está feliz y cuándo está necesitado. Recuerde que ella siempre se comunica, sólo hay que saber leer las señales.

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