El efecto posterior al movimiento
El efecto posterior al movimiento es una poderosa ilusión de movimiento en la imagen visual causada por la exposición previa al movimiento en la dirección opuesta. Por ejemplo, cuando se observan las rocas junto a una cascada, puede parecer que se desplazan hacia arriba después de haber visto el agua que fluye durante un corto período de tiempo, tal vez 60 segundos. Es casi seguro que la ilusión se origina en la corteza visual y surge de la adaptación selectiva de las células que responden a la dirección del movimiento. Las células que responden al movimiento del agua sufren una reducción de la capacidad de respuesta, de modo que durante las interacciones competitivas entre las salidas de los detectores, surgen falsas señales de movimiento. El resultado es la aparición de movimiento en la dirección opuesta cuando se mira posteriormente a las rocas. La adaptación no se limita a una sola población de células, sino que probablemente se produce en varios sitios corticales, lo que refleja los múltiples niveles de procesamiento implicados en el análisis visual del movimiento. Es poco probable que el efecto se deba a la fatiga neuronal; lo más probable es que el MAE y efectos de adaptación similares proporcionen una forma de corrección de errores u optimización de la codificación, o ambas cosas.