El colérico / melancólico
La mezcla colérico-melancólico combina dos temperamentos apasionados y perseverantes para crear un líder fuerte con la capacidad de prever un gran plan de acción, alguien que es a la vez meticuloso y estratégico. La tendencia del colérico a emitir juicios apresurados, a menudo radicales, se verá atenuada por el análisis y la reflexión minuciosos del melancólico. La tendencia del melancólico a ser malhumorado, hipercrítico y lento para actuar se verá contrarrestada por el optimismo y el sentido práctico del colérico. Por lo tanto, el colérico-melancólico será capaz de actuar de forma decisiva -pero bien pensada- y será completamente productivo.
Si usted es un colérico-melancólico, tendrá una mente rápida y analítica, posiblemente con una gran atención al detalle, con un fuerte sentido del orden y la disciplina. Serás más extravertido que un melancólico puro o un melancólico-colérico, y serás capaz de asumir más proyectos y realizar más cosas de las que sería capaz un melancólico puro. Además, tu pragmatismo recibirá el valor adicional de los ideales nobles y elevados, por lo que probablemente serás un empleado muy concienzudo. Es probable que tenga una mente muy analítica y que exija a otras personas e instituciones un alto nivel de exigencia. Tanto el temperamento melancólico como el colérico conservan sus impresiones durante mucho tiempo, por lo que tendrá la capacidad de perseverar en la consecución de sus objetivos, así como de aferrarse al rencor y ser implacable.
Impulsado, pero abnegado y amante de la verdad, el colérico-melancólico puede lograr grandes cosas. Sin embargo, sin formación humana y espiritual, esta mezcla puede dar lugar a un individuo orgulloso y obstinado, con profunda ira y resentimiento. Puede ser obstinado, crítico y sentencioso. La rápida inteligencia de los coléricos, combinada con la tendencia a pensar que siempre tienen la razón, puede hacer que quienes tienen esta mezcla de temperamento sean autocráticos, malhumorados, arrogantes y antisociales.
Imaginamos que San Pablo era colérico-melancólico: era intenso, centrado, impulsivo. No era de los que valoran las relaciones por encima de las normas. Discrepó con San Pedro en varias ocasiones (como escribió a los Gálatas (2:11): «Y cuando Cefas llegó a Antioquía, me opuse a él en su cara porque estaba claramente equivocado») e incluso se separó de su compañero de misión Bernabé, porque éste quería llevar consigo a Juan Marcos, de quien Pablo decía que los había abandonado en Panfilia (Hechos 15: 37-39).
Si su temperamento es colérico-melancólico, para una mejor comprensión de su temperamento se recomienda que lea las descripciones completas de los coléricos y melancólicos.