¿Cómo podemos recibir amor?

Una vez que me di cuenta de cómo estaba bloqueando el amor subconscientemente, pude transformarme y mejorar en ello.

Aprende tu lenguaje del amor: Cada persona tiene un lenguaje único para expresar y experimentar el amor ampliamente categorizado como Tacto Físico, Palabras de Afirmaciones, Tiempo de Calidad, Actos de Servicio y Recibir Regalos. Si sabes lo que te hace sentir amado, puedes enseñar a tu pareja a amarte. Te ayuda a comunicar lo que es importante para satisfacer tus necesidades emocionales.

Aprende el lenguaje del amor de tu pareja: La mayoría de las personas aman a los demás de la misma manera que quieren ser amados. Conocer el lenguaje del amor de tu pareja te ayudará a reconocer cuándo te están dando amor a su manera.

Sé un poco egoísta: Muchos de nosotros tenemos una emoción negativa asociada a ser egoístas. La abnegación se considera una virtud, por lo que ser egoísta puede provocar sentimientos de vergüenza. Pero ser desinteresado todo el tiempo hará que tus necesidades no sean satisfechas y, en última instancia, se convierta en resentimiento. Desarrolle un equilibrio saludable entre ambos.

Practique la comunicación de sus necesidades: No asuma que si su pareja le quiere, puede entender automáticamente cómo se siente. Sé consciente de ti mismo y entiende primero tus propias necesidades. A continuación, practica la comunicación de las mismas siempre que sea necesario.

Acepta que eres digno: Esto es probablemente lo más difícil de hacer. No es fácil cambiar tu voz interior cuando eso es lo que has creído toda tu vida. Da un paso atrás y observa tus emociones cuando recibir amor te hace sentir incómodo. Compréndelas y dite a ti mismo que eres digno de ese amor.

Abrete a la vulnerabilidad: La mayoría de nosotros tenemos un profundo miedo a la intimidad. Debido a traumas pasados, levantamos muros a nuestro alrededor para protegernos. Estos muros nos impiden recibir amor bloqueando la verdadera intimidad. Mostrar tu verdadero yo a otra persona es aterrador, pero también merece la pena. La vulnerabilidad nos ayuda a aceptar al otro plenamente y nos acerca mucho más.