Desmontando 5 mitos sobre dormir juntos

Nov 25, 2021
admin

Dos de cada tres adultos estadounidenses duermen regularmente con su pareja. Eso significa que aproximadamente uno de cada tres adultos estadounidenses decide no dormir con su pareja. La evidencia sugiere que sus filas están creciendo. Esta decisión a menudo se traduce en un estigma social, incluyendo la suposición de que dormir separados es un signo de un matrimonio sin sexo o infeliz. Es hora de acabar con este y otros mitos sobre el sueño de las parejas y compartir lo que realmente se sabe sobre el sueño de las parejas.

El sexo es bueno para el sueño

Un mito muy extendido sobre el hecho de dormir juntos es que el sexo es un sedante que ayuda a las parejas a dormirse profunda y rápidamente. Sin embargo, las pruebas más sólidas en apoyo de esta afirmación provienen de estudios sobre ratas de laboratorio que parecen dormir mejor después del sexo. No obstante, este mito podría tener algo de cierto, ya que hay cambios biológicos clave que se producen durante el orgasmo, especialmente cuando se alcanza con otra persona, que podrían mejorar el sueño. Entre ellos se encuentra la liberación de hormonas que favorecen la relajación, como la prolactina, la oxitocina y la vasopresina.

Los pájaros se juntan

Hasta cierto punto, este mito es cierto. Los búhos nocturnos que queman el aceite de medianoche son más propensos a emparejarse con otros búhos nocturnos. Las alondras matutinas que se levantan alegremente al amanecer suelen tener más probabilidades de emparejarse con otras alondras. Pero, ¿qué ocurre cuando los que tienen tendencias circadianas opuestas no pueden compartir el mismo nido? Un puñado de estudios transversales ha demostrado que las parejas que no coinciden en sus preferencias circadianas tienen mayores índices de problemas de relación. Sin embargo, las que tienen una buena capacidad de resolución de problemas no corren mayor riesgo de tener problemas de relación que las parejas cuyos horarios de sueño están sincronizados.

Las camas separadas son una señal de un mal matrimonio

¿El divorcio del sueño es realmente el primer paso hacia una verdadera ruptura de la relación? Aunque dormir juntos puede proporcionar a algunas parejas una sensación de cercanía y comodidad, para otras, compartir la cama con un compañero que ronca o roba las sábanas puede provocar noches de insomnio, lo que puede llevar a una pareja malhumorada y propensa a los conflictos al día siguiente. Al igual que las alondras y los búhos pueden hacer un nido tranquilo cuando van acompañados de una buena capacidad de resolución de problemas, las parejas que toman decisiones conscientes y colaborativas sobre sus arreglos para dormir, ya sea juntos o separados, son perfectamente capaces de mantener la intimidad y las relaciones altamente satisfactorias.

Los ronquidos son sólo una molestia

Un número cada vez mayor de parejas se enfrentan a batallas nocturnas y a las consecuencias diurnas debido a los ronquidos de uno o ambos miembros. Pero el ocasional empujón en las costillas o la almohada en la cabeza no son los únicos peligros asociados a los ronquidos. Los ronquidos son un síntoma fundamental de la apnea obstructiva del sueño, que se asocia a una serie de consecuencias negativas para la salud. Algunas de ellas son el aumento del riesgo de padecer enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y accidentes de tráfico. No sólo sufre la persona que ronca. Esos sufridos compañeros de cama tienen un riesgo tres veces mayor de padecer insomnio en comparación con los que duermen con compañeros silenciosos. Así que, si usted ronca, hágase un favor a sí mismo y a su compañero de cama: busque la ayuda de un médico especialista en el sueño.

No se vaya a la cama enfadado

El viejo adagio de nunca ir a la cama enfadado tiene mucho sentido intuitivo, pero los datos no lo confirman del todo. De hecho, un estudio descubrió que, aunque los conflictos de pareja sí provocaban trastornos del sueño, el enfado en sí no lo hacía. Lo que lleva a los autores a sugerir que el adagio correcto no es «no te vayas a la cama enfadado», sino «no te pelees antes de acostarte». En realidad, muchos de los problemas a los que se enfrentan las parejas no pueden solucionarse a la hora de acostarse. Así que, en lugar de intentar resolver las batallas justo antes de irse a la cama, elija bien sus batallas y el momento de las mismas. Además, aprenda a plantear las discusiones más duras cuando ambos estén descansados y tengan el ingenio a flor de piel.

Wendy M. Troxel es una científica social y del comportamiento de la Corporación RAND, organización sin ánimo de lucro y no partidista.

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