¡Cuidado con las calabazas no comestibles!

Jun 12, 2021
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Noticias del 31/10/2019

Con Halloween aquí, en plena temporada de todas las calabazas, calabacines y otras cucurbitáceas que alegran nuestros platos de otoño, es importante recordar que no todas las «calabazas» son comestibles. Algunas calabazas no comestibles pueden provocar intoxicaciones alimentarias, que a veces pueden ser graves.

No se deben comer calabazas ornamentales ni calabazas híbridas de jardín

Algunas cucurbitáceas son tóxicas y contienen cucurbitacinas, sustancias muy irritantes y amargas. Tras su ingestión, pueden provocar rápidamente dolores digestivos, náuseas, vómitos y diarrea (a veces sanguinolenta), o incluso una deshidratación grave que requiere hospitalización. Estas sustancias, que no se destruyen con la cocción, son producidas de forma natural por las cucurbitáceas silvestres para repeler a los insectos depredadores, como las orugas.

Este es el caso de las calabazas ornamentales como los colocintos, todas ellas consideradas tóxicas, disponibles comercialmente (a veces en la sección de frutas y verduras) para usos estrictamente decorativos, y que no deben confundirse con las calabazas comestibles.

Este es también el caso de ciertas calabazas comestibles cultivadas en el huerto, que se convierten en no aptas para el consumo como resultado de hibridaciones silvestres. Este fenómeno se produce cuando coexisten variedades no comestibles y comestibles en el mismo huerto o en huertos vecinos, y las semillas se recogen y se vuelven a sembrar año tras año. Pero ¡cuidado! Las calabazas no comestibles que resultan de esta hibridación son exactamente iguales a las calabazas comestibles, salvo que tienen un sabor amargo, a diferencia de las variedades comestibles, que tienen un sabor neutro o ligeramente dulce.

Confusión frecuente

Los Centros de Control de Intoxicaciones (CAP) franceses reciben regularmente llamadas relativas a intoxicaciones asociadas al consumo de «calabazas» no comestibles:

En un estudio retrospectivo de las intoxicaciones por calabazas no comestibles registradas por los CAP entre 2012 y 2016, 353 personas presentaron principalmente síntomas digestivos, o al menos un sabor amargo en la boca. Mientras que ninguno tuvo síntomas graves que pusieran en peligro su vida (gravedad alta), el 4% de los casos tuvo síntomas pronunciados o prolongados (gravedad moderada) como diarrea con sangre, dolor gástrico intenso, deshidratación y/o hipotensión, etc. Por último, entre los casos en los que se conocía la fuente de suministro, el 54% de las calabazas amargas procedían del huerto del jardín, y el 46% restante se compraron comercialmente.

En otro estudio retrospectivo sobre la confusión de plantas tóxicas con plantas comestibles registrado por los PAC entre 2012 y 2018, entre los 1159 casos de confusión registrados, los que confundieron calabazas o colocintos no comestibles con calabazas comestibles representaron el tercer tipo de confusión más frecuente (8.5% del total), tras las confusiones de plantas de bulbo tóxicas con bulbos comestibles (12%) y de castañas de indias con castañas dulces (11%).

Consejos para evitar intoxicaciones

  • Calabazas ornamentales (colocintos): Todas ellas son tóxicas y no deben consumirse. Compruebe la etiqueta o déjese aconsejar por el personal del punto de venta.
  • Calabazas comestibles, compradas comercialmente o cultivadas en huertos de jardín: Pruebe un pequeño trozo de calabaza cruda y, si el sabor es amargo, escúpalo y tírelo todo: no debe consumirse, ni siquiera cocinado.
  • Calabaza de huertos: No coma calabazas «silvestres» que hayan crecido espontáneamente. No recoja semillas de cosechas anteriores para volver a sembrarlas. Compre semillas nuevas cada vez que quiera sembrarlas en el huerto.

PREOCUPACIÓN, en caso de intoxicación:

En caso de urgencia médica, hemorragia digestiva abundante o pérdida de conocimiento, etc., marque el 15 (en Francia) o acuda al servicio de urgencias del hospital.

En caso de otros síntomas de intoxicación (trastornos digestivos, etc.), llame a un centro de toxicología o acuda a un médico. Recuerde también fotografiar la «calabaza» antes de comerla para ayudar a identificar la especie, y guardar los restos de comida (sopa, puré, etc.) que pueden ser útiles para buscar sustancias tóxicas en la calabaza consumida.

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