¿Freerunning o parkour? ¿Parkour o freerunning? ¿Cuál es la diferencia, si es que la hay?

Ambas disciplinas han despuntado en las dos últimas décadas, con vídeos virales de atletas saltando desde edificios, escalando grandes alturas e incluso haciendo una carrera de última hora para coger un vuelo en el aeropuerto de Múnich.

Para un ojo inexperto, pueden parecer idénticas, pero hay, de hecho, sutiles diferencias. El director deportivo del Red Bull Art of Motion, Nico Wlcek, está perfectamente situado para explorarlas, ya que ha ayudado a lanzar la carrera de varios atletas, mientras trabajaba en la competición durante los últimos nueve años.

Antes de que el evento de 2019 cambie de ubicación desde Santorini a la pintoresca ciudad del sur de Italia, Matera, el 5 de octubre, Wleck se tomó un tiempo para aclarar el misterio:

El parkour comenzó originalmente como una forma de entrenamiento militar. ¿Ha ido más allá de eso?

Ha ido más allá en muchos sentidos. Los militares todavía tienen interés en él. Se imparten muchos talleres a las fuerzas especiales o a la policía en todo el mundo. Pero el parkour se ha convertido en un deporte, una cultura y una forma de arte. El nombre de parkour ha calado tanto en nuestra sociedad que la gente piensa que el parkour es freerunning y viceversa.

¿Cómo llegó el freerunning a la mezcla entonces?

Cuando investigué sobre el origen de nuestros deportes y cómo David Belle ayudó a desarrollar el parkour, solía ser que el parkour era una forma eficiente de ir del punto A al punto B. Más sobre velocidad y eficiencia. Correr y saltar y superar cosas. A medida que el parkour se desarrolló, lo hizo de forma muy estricta en una dirección, lo que naturalmente le obligó a desarrollarse en otra dirección. Por eso Sébastien Foucan decidió darle un nombre más internacional y lo llamó freerunning. Le permitió tener más espacio en la dirección de la creatividad. Se fomentó todo tipo de movimiento. Las volteretas pasaron a formar parte del juego y pronto los atletas les añadieron giros. Trucos que nunca se habían hecho antes estaban de repente en la mente de todos. Esa creatividad es lo que vemos en el Art of Motion: de eso trata el freerunning.

¿Cree que el freerunning y el parkour siguen siendo lo suficientemente diferentes en estilo como para separarlos?

Hace cinco años lo eran, pero ahora todo se ha vuelto a fusionar. La gente dice parkour a todo. El snowboard no tiene dos nombres, tanto si bajas una montaña como si haces trucos en un snowboard park, sigue siendo el mismo deporte. Personalmente, me encantaría que el parkour y el freerunning volvieran a unirse. Creo que nunca deberían haberse separado. ¿Cuál va a ser el nombre? No lo sé, pero es importante que como cultura estemos representados bajo un mismo nombre.

¿Es el freerunning una disciplina más flexible y espiritual?

Espiritual es una palabra difícil para mí. Cuando miro a los atletas de parkour veo la espiritualidad en un sentido diferente. Los de más alto nivel, que tienen miles y miles de horas de entrenamiento, están haciendo cosas en techos donde se ponen en situaciones de vida o muerte y eso es muy espiritual para mí. No porque arriesguen su vida, sino porque saben exactamente de lo que son capaces, pero también lo saben los freerunners. Creo que la diferencia radica más en el estilo de movimiento. Los trucos, el movimiento y la creatividad son una parte muy importante del freerunning, en comparación con el parkour, donde la atención se centra más en la eficacia, la velocidad y la técnica. El freerunning es un arte que fluye libremente porque se trata más de la conexión entre las cosas. No se trata sólo de la distancia o el tiempo, sino de cómo te ves y te sientes en el aire. Esa es una gran diferencia.

¿Qué espera del Red Bull Art of Motion este año?

Nos tomamos un descanso y vuelve con una nueva ubicación, una nueva pista y un cambio de formato. Hemos decidido ir con seis lugares para las mujeres. Serán dos series de hombres y una de mujeres. Esto significa que será una final mixta. Creemos que las mujeres pueden competir con los hombres, ¡y estoy deseando verlo! Es un paso hacia el futuro. He visto a chicas de 14 y 15 años, que están haciendo unos movimientos muy duros, y me muero de ganas de que tengan la edad suficiente para competir. La lista de atletas ha cambiado drásticamente. Lo mejor es que ahora es muy internacional. Tenemos gente de Japón, Marruecos, Tailandia y Rusia. Hay muchos nuevos talentos que pueden enfrentarse a los grandes de nuestro deporte. Va a ser un gran espectáculo.