Cromoglicato de sodio (Cromolyn Sodium): Una revisión de su modo de acción, farmacología, eficacia terapéutica y uso

Sep 13, 2021
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Sinopsis

El cromoglicato de sodio (cromolín sódico; FPL 670)2 es un derivado sintético de la bicromona cuyo uso se recomienda para la profilaxis y el tratamiento complementario del asma bronquial. No está destinado al tratamiento de los ataques agudos. El cromoglicato de sodio no posee propiedades antiinflamatorias o broncodilatadoras directas, pero cuando se inhala antes de la provocación bronquial con antígenos en sujetos asmáticos inhibe, al menos parcialmente, el desarrollo de una reacción bronquial alérgica.

Se cree que el cromoglicato de sodio actúa mediante la estabilización de las membranas de los mastocitos, inhibiendo así la liberación de mediadores farmacológicos de la anafilaxia cuando las células se activan de forma selectiva. En estudios experimentales en sujetos alérgicos, se ha demostrado que el cromoglicato sódico inhibe el desarrollo de reacciones asmáticas inmediatas y tardías inducidas por antígenos; en cambio, los corticosteroides, ya sean administrados por vía oral o por inhalación, sólo inhiben la respuesta tardía.

Numerosos ensayos terapéuticos controlados a corto plazo han demostrado la superioridad sobre el placebo del cromoglicato sódico administrado profilácticamente en niños y adultos con asma bronquial. La mayoría de los ensayos a largo plazo no han sido controlados con placebo, pero en los pocos que sí lo han sido, el cromoglicato sódico ha controlado los síntomas durante un largo período cuando se ha utilizado junto con el tratamiento antiasmático convencional. Teniendo en cuenta los que responden al placebo, aproximadamente el 50% de los pacientes a los que se les administró cromoglicato sódico se controlaron adecuadamente con el fármaco.

El grado de mejora sintomática de los síntomas del asma ha variado considerablemente entre los estudios y los individuos, y la evidencia objetiva de la mejora ha sido a veces mínima o ausente en los pacientes que mejoraron subjetivamente. Estas variaciones pueden estar relacionadas con el diseño de los ensayos y con las distintas características clínicas de la población estudiada. El cromoglicato sódico profiláctico es de considerable beneficio para unos pocos pacientes y de cierto beneficio para muchos.

Los pacientes jóvenes, que entre los ataques moderados y graves de asma están relativamente libres de síntomas, suelen responder. Existe una tendencia a una respuesta más frecuente en los pacientes con fuertes evidencias de alergia en los que la alergia es un factor causal dominante en su asma, y en los pacientes en los que el fármaco produce una mejora considerable de la obstrucción de las vías respiratorias tras el ejercicio, pero todavía no hay una indicación clara de cómo seleccionar a los que se beneficiarán más del tratamiento. La ausencia de alergia demostrable no excluye una respuesta favorable, al igual que su presencia no la asegura.

El tratamiento con cromoglicato sódico puede permitir una reducción gradual y cuidadosa de las dosis de mantenimiento de los corticosteroides o su retirada completa en unos pocos pacientes.

Los efectos secundarios han sido generalmente infrecuentes, leves y transitorios; la irritación local de la garganta y la tráquea se ha comunicado con mayor frecuencia. En raras ocasiones se han producido erupciones cutáneas. En estudios a largo plazo en el hombre no se han encontrado evidencias de que el cromoglicato de sodio haya causado cambios radiológicos en los pulmones, ni anormalidades renales, hepáticas o hematológicas.

Estudios farmacológicos

Los estudios en animales de experimentación han demostrado que el cromoglicato de sodio no tiene una acción broncodilatadora directa ni propiedades antiinflamatorias o similares a los esteroides. No antagoniza los efectos de la histamina, la SRS-A (sustancia de reacción lenta de la anafilaxia), la serotonina, la bradiquinina, la acetilcolina o las prostaglandinas F2α y E1. Sin embargo, el cromoglicato de sodio es capaz de inhibir ciertas reacciones anafilácticas en animales y reacciones bronquiales a antígenos inhalados en el hombre, siempre que se administre antes de la provocación del antígeno. La inhibición de la respuesta alérgica es escasa o nula si el fármaco se administra después de la exposición al antígeno.

Se cree que el modo de acción del cromoglicato sódico en el asma bronquial implica la estabilización temporal de las membranas de los mastocitos, aunque su efecto preciso a nivel celular aún no se ha establecido. El fármaco no afecta ni a la capacidad de los anticuerpos para sensibilizar a los mastocitos ni a la interacción de los antígenos con los anticuerpos fijados en las células, sino que probablemente actúa en una fase posterior a ésta para impedir la liberación de mediadores farmacológicos de la anafilaxia cuando las células se activan de forma selectiva. Los estudios realizados en varios modelos experimentales han demostrado que la característica común de la actividad del cromoglicato de sodio es el mastocito y no un tipo de anticuerpo específico. En la rata, se comprobó que el cromoglicato sódico inhibe la alteración de los mastocitos y la liberación de histamina mediada por anticuerpos reagínicos (IgE) y no reagínicos (IgGa), pero la liberación de SRS-A de los leucocitos sensibilizados no se vio afectada. De forma similar, en tejido pulmonar humano picado y sensibilizado pasivamente con suero reagínico humano, el cromoglicato sódico inhibió la liberación tanto de histamina como del SRS-A tras la provocación con el antígeno apropiado, pero no tuvo ningún efecto apreciable sobre la liberación de histamina de los leucocitos humanos sensibilizados activamente.

Otros estudios han demostrado que el cromoglicato sódico también puede inhibir la degranulación de los mastocitos y la liberación de histamina causada por estímulos no antigénicos como la fosfolipasa A, el compuesto 48/80 y el dextrano. La inhibición de la liberación de mediadores inducida tanto inmunológica como no inmunológicamente se explica mejor sobre la base de la estabilización de las membranas de los mastocitos.

Un hallazgo adicional de que el cromoglicato sódico inhibe la constricción bronquial inducida en el hombre por la estimulación de los receptores α-adrenérgicos en presencia del bloqueo de los receptores β-adrenérgicos, sugiere que el fármaco también puede interactuar con los mecanismos adrenérgicos, o que puede estabilizar los mastocitos al efecto de la estimulación de los receptores α-adrenérgicos. Aunque se carece de pruebas concluyentes de tal efecto, este hallazgo es interesante en vista de la posibilidad de que una alteración de los mecanismos de control adrenérgico esté asociada a la hiperreactividad del músculo liso en el asma. En algunos pacientes se ha observado una reducción del grado de hipersensibilidad a la histamina, normalmente tras la administración prolongada de cromoglicato sódico, lo que plantea la posibilidad de que el fármaco pueda tener también una acción directa sobre el músculo liso bronquial. Sin embargo, este efecto puede ser una consecuencia de la acción antialérgica del fármaco y una mejora general de la función pulmonar más que un efecto estabilizador directo del músculo liso.

Estudios experimentales en el hombre

Estudios experimentales en sujetos alérgicos han demostrado que la inhalación de cromoglicato sódico antes de la provocación con antígenos inhibe, al menos parcialmente, el desarrollo de reacciones bronquiales alérgicas inmediatas (tipo I) mediadas por IgE. Este efecto protector fue evidente con inhalaciones del fármaco tanto a 1 minuto como a 1 hora antes de la provocación del antígeno, pero cuando se inhala a 1, 6 y 15 minutos después de la provocación del antígeno se vuelve progresivamente menos eficaz. En la mayoría de los estudios, se ha informado de la inhibición completa o parcial de las reacciones bronquiales inmediatas (evaluadas por los cambios en las mediciones de la respuesta bronquial) en la mayoría de los pacientes, y los estudios controlados han demostrado la superioridad del cromoglicato de sodio sobre el placebo. Sin embargo, en un estudio se informó de que el cromoglicato sódico inhibía eficazmente la reacción asmática inducida por antígenos en sólo 2 de 13 pacientes. La razón de la menor eficacia del fármaco en este estudio no está clara, pero puede estar relacionada con las diferencias en el método y la duración de las mediciones de la respuesta bronquial, el método de administración y los antígenos utilizados para la provocación bronquial. Asimismo, el grado y la duración de la protección proporcionada por el cromoglicato de sodio depende del grado de sensibilidad bronquial a la provocación de antígenos específicos, y esto varía en cada paciente.

Además de suprimir las reacciones bronquiales inmediatas a la provocación de antígenos, el cromoglicato de sodio también ha demostrado inhibir el desarrollo de reacciones tardías, incluyendo tanto las reacciones obstructivas tardías de tipo III en individuos no atópicos como las reacciones obstructivas tardías que no son de tipo III en sujetos atópicos. Por ejemplo, en pacientes con aspergilosis pulmonar alérgica o reacciones duales a la inhalación de polvo doméstico, la inhalación previa de cromoglicato de sodio inhibió el desarrollo de las respuestas asmáticas inmediatas y tardías. En estos pacientes, el efecto protector del fármaco sobre la reacción tardía se debió evidentemente a la supresión de la reacción introductoria de tipo I. Sin embargo, en los pacientes con asma y/o alveolitis por sensibilidad aviar, el cromoglicato sódico inhibió el desarrollo de las reacciones asmáticas y febriles tardías de tipo III, incluso cuando no se produjo ninguna reacción introductoria de tipo I. Esto sugiere que el efecto de bloqueo de las respuestas asmáticas tardías de tipo III puede no deberse necesariamente a la inhibición de la reacción desencadenante de tipo I precedente, aunque todavía no hay pruebas de un efecto directo sobre los mecanismos alérgicos de tipo III. En las comparaciones de los efectos del cromoglicato sódico con los corticosteroides administrados por vía oral (prednisolona) o por inhalación (dipropionato de beclometasona), se ha demostrado que mientras que el cromoglicato sódico inhibe tanto las reacciones asmáticas inmediatas como las tardías inducidas por antígenos, los corticosteroides inhiben sólo la respuesta tardía y tienen poco o ningún efecto sobre la reacción inmediata.

Los estudios farmacocinéticos en el hombre han demostrado que el cromoglicato sódico se absorbe muy poco en el tracto gastrointestinal cuando se administra por vía oral. Tras la inhalación del fármaco en forma de polvo, menos del 10% de la dosis inhalada llega a los pulmones; el resto se deposita en la boca y la orofaringe y luego se traga. La cantidad que llega a los pulmones depende en cierta medida del grado de obstrucción de las vías respiratorias, ya que en los pacientes con un flujo inspiratorio bajo se absorbe menos fármaco. Una vez que el cromoglicato de sodio ha llegado a los pulmones, se absorbe rápidamente y se excreta sin cambios en la orina y la bilis. La eliminación del pulmón es rápida, ya que aproximadamente el 97% de la dosis inhalada se elimina a una velocidad correspondiente a una vida media de 0,6 horas; el resto se elimina a una velocidad más lenta correspondiente a una vida media de 1,5 horas.

Ensayos Terapéuticos

Un gran número de estudios a corto plazo controlados con placebo han demostrado la superioridad del cromoglicato sódico sobre el placebo en pacientes con asma de diversa gravedad y etiología. La mayoría de estos estudios se han basado en gran medida en la evaluación subjetiva de la eficacia terapéutica del fármaco. Se ha informado de algún grado de mejora en el 34 al 100% de los pacientes asmáticos durante el tratamiento a corto plazo. La mejoría subjetiva basada en los cambios en la frecuencia y la gravedad de los síntomas, como las sibilancias, la opresión torácica, la disnea, la incapacidad para dormir, la tos y el número de crisis asmáticas, a menudo no se ha correlacionado estrechamente con los cambios en la función pulmonar medidos mediante espirometría realizada en cada visita semanal o quincenal a la clínica. Sin embargo, la mejoría subjetiva se ha correlacionado de forma más consistente con otros criterios objetivos como la menor necesidad de tratamiento concomitante.

En la mayoría de los ensayos terapéuticos de cromoglicato sódico en el asma que se publicaron antes de 1970, se incluyó 0,1 mg de isoprenalina con cada dosis de 20 mg de cromoglicato sódico para prevenir el broncoespasmo transitorio ocasional resultante de la inhalación de un polvo seco. Como los ensayos a largo plazo bien realizados han indicado que la isoprenalina añadida tiene pocas ventajas terapéuticas, los resultados de los ensayos que utilizan cromoglicato sódico solo o con isoprenalina se han discutido conjuntamente.

Diseño de los ensayos

Todos los ensayos terapéuticos a corto plazo del cromoglicato sódico en el asma han basado en mayor o menor medida su evaluación en los cambios sintomáticos registrados en los diarios por los propios pacientes. En general, esto se ha complementado con una evaluación clínica independiente y, con menor frecuencia, con mediciones fisiológicas de la función pulmonar. Ha habido diferencias considerables entre los estudios en cuanto al método de puntuación de los síntomas subjetivos individuales y de determinación y expresión de la eficacia del tratamiento. La comparación de los resultados obtenidos en los distintos estudios se complica por la falta de un método universal aceptado para calificar el asma y de términos objetivos para definirla, así como por los diferentes criterios para el grado de mejora, la diferente composición y características de la población de estudio, la distinta minuciosidad de las pruebas para detectar factores alérgicos, la diferente medicación rutinaria estándar y los principios para alterar su dosificación y la falta de datos sobre el grado de reversibilidad de la obstrucción de las vías respiratorias. Además, el diseño de algunos ensayos fue inadecuado, ya que no hubo un periodo de «rodaje» ni se tuvo en cuenta ningún efecto de «arrastre».

Mejora sintomática

Los estudios que presentaron resultados para pacientes individuales han proporcionado información muy útil sobre la eficacia terapéutica del cromoglicato sódico y han indicado una amplia variación en el grado de mejora sintomática y objetiva. Las puntuaciones de los síntomas han mejorado entre un 1 y un 100% en los adultos y han variado de forma similar en los niños. En los pocos ensayos realizados en adultos en los que se pudo calcular el cambio diario en la gravedad de los síntomas individuales, el cambio rara vez fue marcado. Lo más habitual es que los cambios en los criterios subjetivos se expresen como la media del grupo. Las sibilancias, la opresión torácica, la disnea y el número y la gravedad de las crisis de asma se redujeron en la mayoría de los casos de forma estadísticamente significativa durante el tratamiento con cromoglicato sódico en comparación con el periodo de placebo. En otros estudios, el análisis de los datos de las preferencias del paciente y/o del médico indicaron una ventaja del cromoglicato sódico sobre el placebo.

Algunos investigadores han informado de resultados muy favorables en el asma por polen de gramíneas, pero otros han encontrado que el cromoglicato sódico tiene menos valor. La variabilidad de los resultados puede deberse a que no se ha tenido en cuenta el «arrastre» entre los periodos de tratamiento y a que no se ha controlado el recuento de polen atmosférico.

Los estudios en niños, que han dado resultados en pacientes individuales, han informado de un mayor o menor grado de mejora durante el tratamiento con cromoglicato sódico en aproximadamente el 60 al 80% de los casos. Al igual que en los adultos, el grado de mejoría ha variado considerablemente entre los individuos.

Varios estudios en niños y en adultos han registrado una reducción en el uso de broncodilatadores en aerosol durante los períodos de cromoglicato sódico en comparación con los períodos de placebo. A menudo ha habido una estrecha correlación entre la mejora subjetiva y la reducción del uso de broncodilatadores en aerosol. No existe una tendencia clara a reducir el uso de broncodilatadores en aerosol con mayor frecuencia en los estudios que utilizan cromoglicato sódico más isoprenalina.

Estudios de la función pulmonar

Alrededor de la mitad de los estudios que informan de una mejora subjetiva también han encontrado alguna mejora clara en las mediciones fisiológicas de la función pulmonar. Esto puede deberse a la escasa frecuencia de las mediciones y a la inadecuación de las pruebas. En el estudio que muestra quizás la mejora más convincente de la función pulmonar durante el tratamiento con cromoglicato sódico, se midió la tasa de flujo espiratorio máximo dos veces al día. Se produjo una mejora de la tasa de flujo espiratorio máximo en todos los pacientes que mejoraron subjetivamente. Sin embargo, aunque es más probable que la medición frecuente de la función pulmonar proporcione una indicación fiable de los cambios en la obstrucción de las vías respiratorias, se ha notificado una mejora estadísticamente significativa de la función pulmonar durante el tratamiento profiláctico con cromoglicato sódico en varios estudios en los que las mediciones de la función pulmonar se realizaron a intervalos de 1 a 4 semanas.

El índice de obstrucción de las vías respiratorias más utilizado, el VEF, ha aumentado una media del 7 al 27% en diferentes estudios. En el único estudio a corto plazo que interpuso periodos cortos de tratamiento con corticosteroides durante el tratamiento con cromoglicato sódico o con placebo, el aumento medio atribuible al cromoglicato sódico fue inferior al 10%. Un aumento medio del 23% tras la inhalación de salbutamol indicaba la posibilidad de una pronta mejora. En general, en los estudios que ofrecen resultados individuales ha habido una tendencia a la mejora de la función pulmonar en cierto grado en muchos de los pacientes que mejoraron subjetivamente, pero los que experimentaron el mayor alivio de los síntomas no mostraron necesariamente el mayor aumento de los volúmenes pulmonares dinámicos.

Se han sugerido varias razones para la falta de mejora en las mediciones objetivas de la función pulmonar en algunos pacientes que mejoran subjetivamente. La más frecuente ha sido la posibilidad de que se produzca una reducción de la hiperinsuflación en ausencia de un aumento apreciable de los volúmenes pulmonares dinámicos, con lo que se produce una subexpiración. Sin embargo, la frecuencia relativa de este fenómeno en los pacientes tratados con cromoglicato sódico sigue siendo desconocida, ya que son pocos los estudios que han medido los volúmenes pulmonares estáticos, así como las pruebas espirométricas y otras pruebas de la función pulmonar. La falta de correlación entre los criterios subjetivos y objetivos está probablemente relacionada con muchos factores, como la frecuencia de las mediciones fisiológicas de la función pulmonar, el alcance de la obstrucción inicial de las vías respiratorias y de los cambios irreversibles, la diferente reactividad bronquial de los individuos y la reducción simultánea de la dosis de corticosteroides en algunos estudios pero no en otros. Se ha observado una tendencia a que los volúmenes pulmonares dinámicos aumenten en mayor medida en los pacientes cuya función pulmonar era inferior al 59% de la normalidad prevista durante el placebo, lo cual era más evidente en los niños que en los adultos. Entre estos pacientes se encuentran probablemente aquellos con asma lábil en los que el componente fijo de la resistencia de las vías respiratorias es pequeño. Dichos pacientes tienden a responder bien al cromoglicato sódico.

Ensayos a largo plazo

Aunque puede obtenerse información más valiosa sobre la eficacia terapéutica de la medicación antiasmática a partir de estudios a largo plazo, dichos estudios sobre el cromoglicato sódico no han sido generalmente controlados y están bastante mal diseñados. La posible respuesta al placebo, incluso después de un tratamiento prolongado, queda patente en un estudio bien diseñado en el que el 40% de los pacientes que recibieron placebo seguían estando adecuadamente controlados a las 16 semanas con un panel estándar de fármacos que no habían conseguido controlar los síntomas antes de que comenzara el ensayo. Este ensayo, el mejor diseñado y realizado hasta la fecha sobre el cromoglicato sódico a largo plazo en asmáticos adultos seleccionados, demostró que un menor número de pacientes con cromoglicato sódico se deterioró que los que recibieron placebo. Los pacientes fueron asignados aleatoriamente a recibir cromoglicato sódico más isoprenalina, cromoglicato sódico solo, isoprenalina o placebo y a uno de los dos esquemas de dosificación. Los pacientes eran retirados del ensayo si su régimen de tratamiento no lograba controlar adecuadamente sus síntomas. A las 52 semanas, el tratamiento había fracasado en un 20% con cromoglicato sódico más isoprenalina, en un 30% con cromoglicato sódico solo, en un 75% con isoprenalina y en un 84% con placebo. Hubo poca diferencia en la tasa de fracaso entre los pacientes a los que se les asignó la dosis completa de un régimen que contenía cromoglicato sódico y los que recibieron la dosis reductora. Aunque se realizó un análisis de regresión múltiple que incorporaba una amplia gama de factores clínicos previos al tratamiento, debido al gran número de variables implicadas había muy pocos pacientes en cada grupo de tratamiento para permitir conclusiones estadísticas definitivas. En todos los demás ensayos a medio o largo plazo en adultos, no se ha incluido un placebo o no se ha asignado al azar. En los ensayos abiertos a largo plazo, la proporción de asmáticos adultos que mostraron algún grado de mejora objetiva osciló entre el 52 y el 100%.

En un ensayo de un año de duración con cromoglicato sódico en niños asmáticos, el 71% de los que recibieron cromoglicato sódico más isoprenalina seguían estando bien controlados al final del ensayo, mientras que el 76% del grupo de placebo se había retirado debido a un control inadecuado de los síntomas. Teniendo en cuenta la respuesta del grupo de placebo, este estudio indica que alrededor del 50% de los pacientes con asma se benefician del tratamiento regular con cromoglicato sódico y, en general, apoya los numerosos ensayos a corto plazo.

En dos ensayos abiertos a largo plazo bien diseñados en niños asmáticos gravemente afectados, el cromoglicato sódico mejoró la capacidad del paciente para hacer ejercicio y jugar, y produjo una reducción en la frecuencia de los ataques asmáticos, en los ingresos hospitalarios y en el absentismo escolar y una menor necesidad de medicación concomitante en comparación con el año anterior al tratamiento con el fármaco. En uno de estos estudios el cromoglicato de sodio tuvo un marcado efecto sobre el patrón estacional del asma.

La dosis de cromoglicato de sodio se ha ajustado en algunos estudios aunque pocos han dado resultados en relación con los diferentes niveles de dosificación.

Asma inducida por el ejercicio

Estudios de dosis única, tanto no controlados como a simple o doble ciego, han demostrado que el cromoglicato de sodio puede mejorar la obstrucción de las vías respiratorias después del ejercicio si se administra poco tiempo antes del mismo.

Las pruebas de ejercicio realizadas en personas conocidas que responden y no responden al cromoglicato sódico han sugerido que aquellos niños en los que el fármaco causa una mejora considerable del asma inducida por el ejercicio pueden también beneficiarse de su administración continuada. Sin embargo, la posible correlación entre la mejora del asma inducida por el ejercicio y la utilidad clínica general aún no se ha establecido.

Efecto ahorrador de corticosteroides

Numerosos estudios a corto plazo han informado de que la dosis de mantenimiento de los corticosteroides puede reducirse durante el tratamiento con cromoglicato sódico, pero los resultados de dichos estudios son de dudoso valor y son necesarios estudios a largo plazo para determinar el alcance de cualquier reducción de los corticosteroides sistémicos y si ésta puede mantenerse durante un período de varios meses. Aunque el cambio en las necesidades de corticosteroides se ha empleado a menudo como medida objetiva de la eficacia terapéutica del cromoglicato sódico, pocos estudios se han diseñado adecuadamente para determinar el cambio en las necesidades de corticosteroides. Unos pocos ensayos relativamente bien diseñados han demostrado que el tratamiento profiláctico con cromoglicato sódico permite una cuidadosa reducción gradual y, en ocasiones, la retirada de los corticoides sistémicos, pero que esta reducción es menos drástica que la comunicada en muchos estudios a corto plazo.

La medida en que ha sido posible reducir las necesidades de corticosteroides de mantenimiento ha variado enormemente entre los individuos; debido en parte a que las dosis iniciales de corticosteroides y la duración del tratamiento son muy diferentes, a que los criterios de reducción de la dosis son distintos y a que no se ha podido establecer que la dosis de corticosteroides recibida al inicio del tratamiento con cromoglicato sódico sea la más baja necesaria para controlar los síntomas. En el ensayo mejor diseñado sobre los efectos «ahorradores de esteroides» del cromoglicato sódico, un ensayo doble ciego de 12 semanas seguido de un período de seguimiento de 6 a 12 meses indicó que era posible una reducción significativa de las necesidades de corticosteroides o un cambio en el formato de administración en aproximadamente la mitad de los 34 niños. Durante el período de seguimiento, se produjo una reducción adicional del 25% en las necesidades de corticosteroides en 5 de 13 pacientes en los que fue posible una reducción de menos del 50% durante la fase doble ciego.

Es importante que cualquier reducción de los corticosteroides sistémicos se intente sólo cuando el asma del paciente esté bien controlada con la dosis habitual de corticoides y con dosis completas de terapia adyuvante, que se tenga especial cuidado después de la retirada de los corticoides hasta que el eje HPA se haya recuperado, y que las exacerbaciones graves del asma se traten rápidamente con un gran aumento de la dosis de corticosteroides.

Selección de pacientes para el tratamiento con cromoglicato

A pesar de los numerosos ensayos terapéuticos en los que participaron muchos cientos de niños y adultos asmáticos, todavía no existe una indicación clara de cómo seleccionar a los pacientes que mostrarán una mejora objetiva y subjetiva durante el tratamiento con cromoglicato de sodio. En general, los pacientes jóvenes con fuertes indicios de alergia y los que tienen un alto índice de labilidad y en los que el cromoglicato sódico produce una mejora considerable de la broncoconstricción después del ejercicio, parecen responder favorablemente al fármaco. Sin embargo, la ausencia aparente de alguno de estos factores o de todos ellos no excluye necesariamente una buena respuesta, al igual que su presencia no la asegura. Se desconoce por qué algunos pacientes asmáticos con algunas o todas las características asociadas a una respuesta favorable no mejoran.

Los efectos secundarios han sido generalmente infrecuentes, leves y transitorios y se limitan en gran medida a la irritación ocasional de la garganta y la tráquea resultante de la inhalación del polvo seco.

La dosis suele ser de una cápsula inhalada a intervalos de 6 horas. En un paciente ocasional, la dosis puede reducirse a una cápsula cada 8 a 12 horas una vez que se haya obtenido una respuesta adecuada. En otros pacientes puede ser necesario duplicar la dosis habitual para conseguir una respuesta adecuada. Debe continuarse con otro tratamiento del asma hasta que la mejoría clínica permita una reducción progresiva de la dosis.

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