Q Quiero comprar un nuevo receptor y estoy confundido por las especificaciones de los amplificadores. ¿Cómo puedo saber lo que significan y lo que necesito?

– Gary K., Sewickley, Pa.

A la hora de elegir un amplificador o un receptor, lo primero que hay que tener en cuenta es la sensibilidad de los altavoces y el tamaño de la habitación.

Los altavoces tienen una clasificación de sensibilidad (también llamada eficiencia) que especifica cuántos decibelios de sonido producen a partir de 1 vatio de potencia cuando se mide a 1 metro de distancia. Los números superiores a 90 se consideran muy eficientes, los de 87-89 son medios y los inferiores a 87 son ineficientes. Cuanto menor sea la sensibilidad, mayor será la potencia necesaria. Para conseguir una diferencia de 3 decibelios hay que duplicar la potencia, por lo que la diferencia entre una sensibilidad de 87 decibelios y otra de 90 es bastante grande. Un par de altavoces con una sensibilidad de 90 decibelios con un amplificador de 50 vatios tendrá el mismo rendimiento que un par de altavoces de 87 decibelios con un amplificador de 100 vatios. Aunque parezca una paradoja, los altavoces más grandes suelen ser más eficientes que los pequeños.

El tamaño de la sala es sencillo. Cuanto más grande sea la sala, más potencia necesitará.

También hay una clasificación de los altavoces llamada impedancia. La mayoría de los altavoces son de 8 ohmios, que la mayoría de los amplificadores pueden manejar. Si sus altavoces tienen una impedancia de 6 ó 4 ohmios, asegúrese de que el amplificador está preparado para trabajar con ellos. Muchos receptores son de 8 ohmios solamente.

A continuación, compruebe las especificaciones del propio amplificador. Lo que debe comprobar es el ancho de banda nominal, la distorsión armónica total o THD y la relación señal/ruido. Los fabricantes no siempre proporcionan el número de la relación señal/ruido.

El oído humano puede oír entre 20 Hz (graves profundos) y 20.000 Hz (agudos). Los mejores amplificadores están clasificados entre 20-20.000 Hz. A veces un fabricante clasifica un amplificador en una sola frecuencia, como por ejemplo 1.000 Hz. Esto es engañoso y permite al fabricante anunciar un número de vatios más alto. Un valor de THD inferior al 1% es inaudible para el oído humano. Los mejores amplificadores de estado sólido están clasificados entre 20-20.000 Hz con menos del 1 por ciento de THD. Los amplificadores de válvulas suelen tener una THD más alta, pero aun así suenan de forma excelente.

Para complicar aún más las cosas, la mayoría de los receptores de sonido envolvente multicanal se miden con sólo uno o dos canales accionados. Por eso, un amplificador independiente de 75 vatios por canal con todos los canales accionados será notablemente más potente que un receptor de 100 vatios con uno o dos canales accionados.

También está la cuestión de la corriente, en la que no voy a profundizar aquí. La corriente alta es especialmente importante si usted tiene altavoces de baja impedancia nominal de 4 ohmios. Si tiene un subwoofer con alimentación, puede salirse con la suya con menos potencia para los altavoces principales, ya que el subwoofer reproducirá los sonidos graves que requieren mucha potencia y dejará toda la potencia del receptor para los altavoces.

En resumen, busque un receptor o amplificador con una frecuencia nominal de entre 20 y 20.000 Hz, con menos del 1 por ciento de THD. Una relación señal/ruido superior a 95 decibelios es excelente. Un receptor con 50 vatios por canal debería ser adecuado para salas pequeñas o medianas o altavoces con una sensibilidad superior a los 90 decibelios. Si tiene una sala grande o altavoces con una sensibilidad inferior a 87 decibelios, intente conseguir 100 vatios o más.

La semana que viene daré algunos ejemplos de adaptación de amplificadores y receptores a altavoces, utilizando algunos de los mejores valores del mercado.

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